Lucho contra un globo de agua.

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Habían dicho gimnasio, lo que yo veía frente a mí, era un jodido campo de supervivencia en el sentido literal de la palabra, el lugar estaba casi vacío, pero aquí y allá estaba alguno que otro chico jugando quemados...con rocas del tamaño de un balón de fútbol.

-Lástima que vieras al equipo "roca", cuando el equipo "flama" juega, de verdad que si merece ser llamado quemados- dijo Yara

Otros más corrían a mi alrededor en una pista de obstáculos que abarcaba el perímetro del sector, salto de valla, escala el muro, esquiva las flechas, fango, campo minado, salta la fosa donde estoy seguro que vi algo con dientes...

-Bueno, es solo para principiantes, deberías verlo cuando tiene lava o en "el derrumbe" y te ponen peso extra, entonces ya puedes empezar con algo que no es tan sencillo- explico Edwin alegremente.

Vi un campo de americano con tres jugadores de cada equipo. Solo que el que llevaba el balón tenía que cruzar al otro lado mientras los jugadores del equipo contrario intentaban golpearlo con espadas o lanzas.

-Cuando aprenderán estos novatos, intenten darle a las piernas, no a la cabeza- se quejó Edwin- Descuida, el objetivo es detener al del balón, no matarlo. Generalmente lo peor que llega a pasar es que una pierna pierda el resto de su propietario, pero usualmente solo hay algunas fracturas y contusiones- me tranquilizo Yara "Si gracias me siento mejor"

-Creo que prefiero el soccer-

-¡Verdad!, mira allí está la cancha- dijo entusiasmada.

Un grupo de ocho chicos jugaban una "cascarita" en la siguiente cancha... o algo parecido. El balón era una esfera metálica que sonaba hueca, los jugadores pasaban la pelota entre ellos no solo a patadas, utilizaban también elevaciones de tierra, la golpeaban con chorros de agua a presión, pequeñas rafas de aire y... bueno ya lo entienden. Lo que preocupaba es que el balón parecía pesar unos cien kilos. Cuando cayó al suelo y abrió un pequeño cráter te aseguro que de verdad no querías ser golpeado por esa bala de cañón.

-Espero que juegues en mi equipo pronto, podrías ser un gran portero-

Un chico golpeo el balón con una ráfaga de aire que mando el balón con todo y portero dentro de la portería, y bueno, como dije, el lugar era parecido a una cancha de soccer, pero imaginen que el suelo era de roca, igual que las porterías. El pobre guardameta quedo en medio de un objeto de metal que llego a una velocidad de bala y una pared de roca sólida.

-Esteeee... claro, lo pensare- me prometí a mí mismo jamás ser parte de ningún equipo de esa rubia que sonreía como si fuera navidad de imaginarme en su equipo, tenía la ligera impresión que no le importaría que anotaran gol siempre y cuando el balón se estrellase en mi pecho de forma similar.

Bien, vamos abajo, entramos por un pequeño acceso que parecía mucho una rejilla de metro, para entrar una cámara subterránea. Era algo genial, parecía que era luz eléctrica la que alumbraba el lugar pero no había una sola lámpara en el, ahora que lo pensaba, tampoco había visto ninguna lámpara que iluminara la estación del tren.

En cuanto entramos, había una puerta y al pasarla me quede boquiabierto, el gimnasio más genial que puedan imaginar estaba ante mí. Pesas, discos, sacos de arena, pera... genial. Había espacio para entrenar tipos de combate, maniquíes de entrenamiento, sparring, de todo. Pero lo más genial era el área al fondo, un lugar amplio para entrenamiento... ¡con armas! unos cinco chicos entrenaban con maniquís y lanzas, espadas, cuchillos etc. Era un lugar con suelo de piedra, rodeado de antorchas y tanques enormes.

-Excelente, están los avatares- dijo Yara

-¿Avatares?- Por alguna razón imagine a unos aliens azules.

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