Solo un protector.

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El ambiente que hace unos minutos reinaba en el vagón desapareció completamente en segundos, como si jamás hubiese pasado.

-No lo entiendo- dijo Edwin -Ya deberían haber desbloqueado la entrada, si no la abren pronto...- dejo que la frase muriera al aire, Aunque no fue necesario que Edwin la terminara, se entendía perfectamente.

Si la puerta no se abría, y pronto... bueno, fue un gusto conocerme.

-¡¿Porque no abren la puerta?!- dijo Yara, como por enésima vez.

-Si continuamos a esta velocidad...- dijo Edwin.

-¿Porque...?-murmuro Laila.

Su suspiro aterrado me puso en marcha.

-¡Eh! Vámonos, salgamos de este maldito tren.- Los anime.

Me giraron a ver, como si estuviera loco. Bien, si querer vivir en lugar de morir cuando un tren mágico se estrellara en una montaña, entonces yo era un demente.

-VÁMONOS- dije, con un ademan de salir del vagón.

-Irnos... no... ellos...-Yara, miraba incrédula la ventanilla -ELLOS ABRIRÁN LA PUERTA, NO DEJARAN QUE NADIE MUERA. NO SE MUEVAN-

-¿Porque...?- Laila, miraba el lugar la montaña con miedo y... ¿tristeza?

-Miren, si nos quedamos, morimos. Salgamos de aquí, si saltamos tendríamos una oportuni...- Edwin me tomo del pescuezo y me azoto a la pared más cercana.

-¿Y DESPUÉS QUE EH? ¿ADONDE IREMOS?-

-Si tú quieres estrellarte, bien, no me interesa- rezongue (algo difícil con su mano oprimiendo mi garganta) -Pero si quieres sobrevivir...

-¿SOBREVIVIR? ¿SOLO? ¿DE NUEVO? Prefiero estrellarme- "¿solo, de nuevo? Bueno pensaría en ello más tarde."

-Excelente, entonces cuando te saque de este maldito tren puedes subir a un coche y arrojarte de un barranco- Tras lo dicho, conecte una patada en su abdomen para que me soltara y, antes de que se recuperara, le di un puñetazo con toda la fuerza que era capaz de reunir, justo en la boca del estómago. El esfuerzo me hiso ver estrellas frente a mis ojos, todavía no estaba del todo recuperado, por valió la pena, Edwin boqueaba intentando llenar de aire sus pulmones nuevamente.

-Ahora Laila, Yara... Yo y AlAIn cargamos a este idiota fuera de aquí, VÁMONOS- Ninguna se movió. Miré a Laila y note que unas lágrimas silenciosas se deslizaban por sus mejillas.

Yara, en cambio, se acercó hacia mí, resuelta. "Bien parece que ya lo enten..." PAF Yara me abofeteo. No fue un golpe fuerte pero la sorpresa me dejó mudo. Cuando me gire para mirarla totalmente anonadado vi que sus ojos estaban anegados en lágrimas. Puede que estuviera gravemente herido y en un tren que iba a estrellarse al pie de una inmensa montaña y probablemente a volar en mil pedazos, pero ver a Laila llorar y a Yara a punto de hacerlo fue mucho más impactante.

-Tú que vas a entender, no eres más que un hijito de mami, no tienes idea de lo que es perder tú hogar. El que esa puerta no se abra es porque algo sucedió, algo realmente malo.- Su preocupación era tal, que yo mismo empezaba a sentir angustia sin saber porque. -Y si el tren se estrella...-

-Y si mueres. ¿Cómo vas a ayudarlos?- dije en voz baja, pero lo suficientemente claro como para que me escuchara. El comentario la dejo sin palabras, pero Laila contesto.

-¿Y si es muy tarde para ayudar?- dijo con voz temblorosa. -No quiero... volver a perderlo...todo...no quiero.- La tristeza con que lo dijo, rompía el corazón, hablaba, no como si tuviera miedo de perder a alguien sino como quien está enterrándolo. Los restos de comida podían recordarnos un gran momento hace tan solo unos cuantos minutos. Pero la diversión y alegría que pudo haber, ya no estaban.

GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora