Guardián

Los Guardianes.

Algo en la sonrisa de ese sujeto me dejó en claro una cosa: No estaba bromeando.

-Mmmmm bueno dado que la situación ha llegado a esto, no hay alternativa- dije poniéndome de pie. -Chicos ha sido muy interesante, nos vemos.-luego dirigiéndome al hombre y su compañera -Señor, señorita con permiso. Ha sido muy agradable y todo eso pero mi familia ya me espera en la playa, tenía compromisos previos- continúe diciendo y caminando de regreso hacía el tren.

-Espero que nos podamos ver pronto, pero no se preocupen si no pueden, la guerra y todo ese asunto de guardianes seguro que los mantiene ocupados, así que.... Mmm bueno adiós.- apenas lo dije, intente meterme de nuevo al expreso pero antes de poder lograrlo, una mano me agarro del cuello de la playera y me alzo sin ningún esfuerzo, como si fuera un cachorrito.

-Tranquilo- dijo el hombre divertido -las descortesías aquí son muy mal vistas, ven es hora de mostrarte la sede, así que se un buen chico y...-

-Suélteme- dije forcejeando (sin mucho éxito) -Mire, no sé qué demonios creé que está jugando, pero ¿Por qué demonios debería dejar que me matara?-

El comentario pareció sorprenderlo un poco, así que me deposito en el suelo suavemente y me dijo -Pero bueno, pensé que te lo habían explicado ya. El mundo está compuesto por dos tipos de seres, los mortales y los inmortales. Los inmortales son todos...-

-Eso ya lo sé, pero que tiene que ver conmigo- lo interrumpí.

-Oh, así que ya sabes eso.- parecía encantado- Bueno, entonces te explicare algo más. Como protectores nuestro deber es...-

-Mantener la paz entre las razas del planeta ¿y?- lo mire desafiante pero él sonrió satisfecho.

-Excelente, bueno últimamente ha habido tensión entre...-

-LOBOS Y VAMPIROS, SI SU GUERRA. YA LO SÉ, PERO NO PIENSO MO...- Puso tranquilamente la mano en mi hombro y basto para que me quedara callado, Yara ya me había mostrado que podía hacer que me arrodillara de dolor solo con presionar mi hombro, sin dejar de sonreírme de forma encantadora. De más está decir que este sujeto me parecía mucho más peligroso. No me equivoque.

-Bien entonces si lo sabes ya todo, sabes porque tienes que volverte un protector o ser asesinado hijo.- De un movimiento rápido me tomo de la camisa con su puño y me alzo hasta que mis pies abandonaron el suelo. -Y quiero que te quede claro que si con ello aseguro que no va a estallar ninguna guerra, yo mismo te destripare si es necesario, ¿entendiste muchacho?-

Por toda respuesta le tire una patada que nunca llego a golpearle, el simplemente me tomo de la pierna y deicidio que prefería levantarme por el tobillo.

-Bien, así está bien. Nunca me han agradado esos muchachillos obedientes, te felicito hijo, tienes valor-. Dijo levantándome por el pie. -Bueno, como te iba diciendo antes de que me interrumpieras, es hora de mostrarte la sede- y sin bajar el brazo (o a mi) seguimos todos avanzando hacía la terminal.

Aunque era muy extraño ver todo de cabeza, la terminal resulto ser una amplia sala de espera con un mostrador al centro. La diferencia principal de esta sala, a la pequeña salita en el andén, era que esta parecía ser la sala de alguna pequeña terminal de autobuses moderna. Ya no parecía estar tallada sobre roca, mármol blanco adornaba pisos y paredes de la sala. Los asientos se distribuían en bancas comunitarias a lo largo de la sala, pero todo estaba completamente vacío, a excepción del mostrador, donde un muchacho pecoso estaba sentado leyendo un libro que parecía hojearse por sí mismo.

-Bueno- dijo el militar que me llevaba- Aquí es la terminal del tren, el chico que ves allí es uno de los magos que están en la comunidad, se encarga de informar a los protectores si el tren está disponible o alguien está usándolo. Él y otros dos magos que deben estar perdiendo el tiempo por allí son los encargados de darle mantenimiento al tren y a las salidas-. De cabeza todo se ve muy extraño, pero seguir oyendo todo esto era todavía más extraño. En cuanto nos oyó entrar el chico levanto la mirada hacía nosotros, dejo su lectura al aire, ¡literalmente!, el libro quedo flotando en medio del aire.