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Me quede buscándolo un momento más para ver si tenía un poco de suerte y encontrarlo en algún lugar. No era posible que una persona desapareciera así de la nada, pero fue así, ni rastro de ese chico Catriel. Lo único que pasaba por mi mente en este momento era averiguar ¿quién era Catriel? ¿de qué quería protegerme? Camine un momento más y luego dándome por vencida, me dispuse a ir a mi casa.

Llegue alrededor de las cuatro y media de la tarde a casa. Estaba muy cansada, así que decidí dormir un poco, ya luego haría las tareas. Subí a mi habitación y puse el despertador para únicamente dormir una hora.

***

Me desperté muy aturdida con el sonido del despertador. Quería apagar ese molesto sonido, cuando encontré el celular vi la hora. La alarma había sonado alrededor de dos horas. Me levanté de inmediato, tenía tareas que hacer y yo era de las personas que no les gusta quedarse hasta tarde haciendo tareas. Antes de comenzar la tortura de hacer tarea, fui a la cocina para comer un poco de cereal, ya que me moría de hambre. Al bajar volví a sentir que alguien me observaba, una parte de mi esperaba que fuera Catriel y la otra esperaba que fuera sólo una ilusión de mi cabeza. Observé mí alrededor para ver si encontraba a alguien, pero no había nadie. Aun así la sensación no se iba. Tomé mi sudadera y mis llaves para salir a ver si encontraba a alguien.

Todo estaba muy oscuro, alumbre un poco con mi celular pero nada. Esa sensación aumentaba cada que me alejaba de mi casa. Decidí mejor volver a entrar era menos peligroso adentro.

Al entrar decidí olvidar esa sensación y seguí sirviendo el cereal. Lleve el plato con cereal a mi cuarto y comencé con la tarea. Matemática, la peor clase que puede existir, es que simplemente no me entra nada en la cabeza de esa materia. Por más que intente entenderla siempre término confundida. Con esa sensación de alguien observándome me desconcentraba aún más. Esta vez me dispuse a salir a caminar, y ver si encontraba a Catriel, o al menos asegurarme de que ningún acosador estuviera espiándome. Era imposible poder continuar sintiéndote observa y sentir que alguien mira cada pequeño movimiento que haces. Estaba casi segura de que Catriel era él que me observaba, no sabía porque pero estaba casi segura que era él. Tomé mi teléfono y mis llaves para luego salir de la casa. Camine alrededor de la manzana, pero no vi nada.

Lo que más me gustaba de Prink Falls es que siempre que se voltee a ver hay vegetación y un bosque cerca, pero en estos momentos el bosque que estaba justo frente de mí se veía más tenebroso que de costumbre. Lo más raro de todo es que de allí es donde creía que me observan.

"Vamos Alaya, solo es un bosque". Me arme de valor y decidí entrar al bosque, tratando de alumbrar un poco mi camino con la linterna de mi celular. No podía caminar bien, había muchas raíces que sobresalían en el suelo. A pesar de tener un poco de luz para alumbrar no me era suficiente. No vi una raíz y me tropecé con ella, no me di cuenta de que cerré los ojos hasta que los abrí para ver que algo, o más bien alguien habían amortiguado mi caída a centímetros del suelo.

- ¿Catriel?- fue lo que dije cuando logre identificar quien era la persona que me tenía en brazos.

- Hola preciosa- dijo con una media sonrisa arrogante en su rostro- y no necesitas protección- dijo esto en forma sarcástica y en un murmullo que logre escuchar perfectamente. Además un simple tropiezo no puede contar como algo de lo cual alguien deba ser protegido ¿o sí?

- Suéltame- le dije cuando reaccioné que me tenía en brazos, él sin más me obedeció y me soltó. Caí al suelo. Claro le pedí que me soltara. Me puse de pie inmediatamente.

- ¿Por qué me sigues? ¿Por qué siempre siento tu mirada en mí?- dije quería saber antes de que me dejara como la última vez. Era raro que alguien te siguiera. Y si lo hacían era porque eran personas peligrosas. "Y tu Alaya hablando con alguien que te acosa puf" me dije a mi misma.

Sus SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora