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Al despertar Catriel ya no estaba a mi lado, llegué a pensar que tal vez su aparición no fue real, simplemente lo soñé todo. Mi tobillo era lo único que me dejaba en claro que lo de ayer no fue un sueño, porque ya no me dolía, lo malo era que tendría que recibir la clase de deportes.

Me levanté y me dirigí a darme una ducha rápida. Me arreglé y bajé a comer con mi nueva familia, quienes ya estaban sentados en el comedor.

- Al, ¿cómo siguió tu tobillo?- me preguntó Teffy al verme.

- Mucho mejor, gracias por preguntar- dije moviéndolo para que notaran que ya mi tobillo había mejorado.

- Gracias al cielo que tu tobillo ya está mejor Alaya- dijo mi tía exagerando la situación. En estos momentos era cuando más gracia me hacía.

- Si, gracias tía.

- Bueno, ¿qué esperas? siéntate a comer- dijo mi tío señalando el lugar vacío.

Comimos en silencio, luego mi prima subió a su habitación para darse un retoque. Según ella comer le había estropeado un poco el maquillaje, luego nos dirigimos en su auto a la escuela, el único que existía en este pueblo. Cuando llegamos, los amigos de mi prima ya estaban esperándola en la entrada.

- Hola chicas, ¿cómo están?-Pregunto Mathew al vernos.

- Muy bien Matty- dijo Teffy adentrándose fácilmente a la conversación.

- ¿Cómo siguió tu tobillo?- me pregunto Cameron.

- Bien supongo- dije moviéndolo al igual que con mis tíos para que viera que no me dolía.

- Que bien, supongo- dijo y se unió a la conversación.

Siguieron hablando de cosas sin sentido pero que animaban el ambiente, hasta que sonó la campana y todos nos dirigimos a nuestras clases. Me dirigí al lado de Teffy a la clase de historia, me senté al lado de ella. La profesora entró y comenzó a hablar. La clase fue muy larga y aburrida. La siguiente clase que era Biología me tocaba con Mathew, esta clase no fue tan aburrida ya que él me hacía reír con cada comentario tonto que tenía acerca de la clase, el profesor nos calló varias veces, incluso nos llamó jóvenes revoltosos. En la siguiente clase no había nadie que conociera, eso la hacía más aburrida de la normal.

Sonó el timbre y me dirigí a guardar mis libros para luego dirigirme a la cafetería con mis nuevos amigos. Cuando llegué ellos se estaban riendo de algo que había dicho mi prima. En ese momento me sentí una intrusa en su vida, me sentía una traidora con Maggy, ella tenía que ser mi única amiga, y yo la estaba traicionando con ellos, ninguno de ellos me vio. Salí de la cafetería con lágrimas en mis ojos al recordar todos los buenos momentos que pasé con Maggy y todo se arruino cuando conocí a Nethan el chico nuevo, e Catriel "su hermano".

Si tan solo nunca hubiera aparecido Nethan ni Catriel, Si tan solo nunca hubiera sido Katherina, si tan solo me hubiera ido del pueblo cuando lo pensé. En este momento odiaba a Nethan por haber aparecido, odiaba a Catriel, odiaba a esa estúpida profecía, me odiaba a mí misma por no haber aprovechado mejor el tiempo con mi mamá y con Maggy que eran las únicas personas las cuales valían la pena. Me odiaba por no haber podido hacer algo por ellas.

- Alaya, ¿estás bien?- pregunto alguien a mi espalda. Me voltee y vi a Cameron parado detrás de mí. Me limpie un poco las lágrimas con las palmas de mis manos.

- Déjame sola- le dije, no quería que nadie estuviera conmigo, no ahora.

- No- dijo y se sentó a la par mía en el pasillo afuera de la cafetería.- Dime qué te sucede- me interrogó, no sé cómo ni porque pero me daba mucha confianza decirle lo que me sucedía.

Sus SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora