Sus Sombras

19

Estábamos en mi cuarto Catriel y yo después de entrenar un poco, me estaba volviendo buena en lo que hacía. Había pasado ya tres días desde que había matado a esas cosas grises.

- Catriel- dije y él aflojo un poco el abrazo- he estado pensando y creo que sería más conveniente, que me vaya del pueblo, así distraer a los demonios para que me sigan y que no le hagan daño a mi mamá-le dije. Vi un poco de confusión en su mirada.

- No puedes irte- dijo confundido.

- Si puedo, y creo que es lo más seguro para todos- dije. Negó con la cabeza no muy convencido.

- Acompáñame- dijo y me tomo de la mano, yo no puse resistencia y deje que me llevara. Salimos de la casa y me llevo al bosque. Nos adentramos lo más que pudimos y subimos una colina, cuando la subimos nos dirigimos a una orilla de esta.

- Cierra los ojos- me dijo y obedecí. Sentí sus manos en mi cintura y el aire que me pegaba justo en el rostro. - Abre los ojos- me susurro al oído y eso hice, abrir mis ojos.

Estábamos volando, él me sostenía firmemente por la cintura, y confiaba en que no me iba a dejar caer. Voltee un poco mi cabeza y vi sus alas blancas y suaves, todo esto parecía irreal. Me concentre en ver el paisaje que me rodeaba y vi un hermoso bosque con muchos pinos, había montañas altas y grandes cubiertas de vegetación y un río muy hermoso que terminaba en una cascada y formaba una pequeña laguna. Todo parecía salir de un cuento de hadas.

En estos momentos me sentía libre, sentía que todas mis preocupaciones eran en vano. Sentía como poco a poco mi corazón se iba despejando de todos los problemas, sentía como la esperanza iba volviendo a mí, y la fe de poder lograr cualquier cosa que me propusiera iba creciendo. No había mejor momento que este, sentirte libre y capaz, estar por encima de las nubes poder sentirte invencible. Cerré los ojos y disfrute cada segundo que podía pasar aquí arriba.

Aterrizamos en la orilla de la cascada, me sentía muy liberada y en paz, sentí que me había soltado la cintura, me daba un poco de temor estar a la orilla sin que el me sostuviera. Pude notar que se colocaba justo enfrente de mí y me sostuve de su camisa. Estábamos demasiado cerca. Nuestras frentes se juntaron y nuestros labios siguieron ese proceso. Nos besamos, sus labios siempre tibios y tiernos al encontrarse con los míos. Ahora era cuando sentía el siempre y para siempre. Sentía que todo volvía y que no podría está separada de él nunca.

- Nethan te conto la historia de cuando te escogí sobre todo y perdí ser tu guardián- dijo muy cerca de mi cara.- Me enamorarme de una humana,- dijo. Sentía que el corazón me bombeaba a mil por minuto.- Me enamoré de la persona que protegía, me enamoré de ti Alaya. Escogí no perderte. Cada momento que paso cerca de ti es una tortura para mí, saber que en cualquier momento puedes tomar la decisión de alejarte y dejarme, eso me aterra- dijo, tome su rostro entre mis manos y lo acaricie con ternura.- Te amo Alaya, te amo con todo lo que soy. Por siempre y para siempre- dijo. El pequeño espacio que había creado para hablar conmigo se esfumo y me besó profunda y tiernamente. No podía separarme de él era un beso dulce y tierno con un poco de pasión. Nunca había sentido esto por nadie hasta que Catriel llegó a mi vida, estaba perdidamente enamorada de Catriel Howell. Aceptar que estaba enamorada de él era más sencillo que no hacerlo. Era momento de hacer mi propia decisión.

- Por siempre y para siempre- dije tomando mi decisión. Siempre seria Catriel, siempre él.

-Tenemos que volver, Nethan nos está esperando- dijo separándose un poco de mí, pero yo lo tomé y le di otro beso corto y tierno. Nos quedamos con nuestras frentes unidas, en lo que yo normalizaba un poco mi respiración. Todo era demasiado bueno para ser real.

- Podemos quedarnos un rato más- le dije, no quería volver tan rápido a la realidad. Él accedió y nos recostamos cerca de la orilla de la cascada viendo hacia el cielo, viendo las estrellas.