Deminwar año 300
Era un precioso pueblo, no muy conocido por supuesto. Sacrificaban a quienes creían brujos o brujas por tener pensamientos fuera de lo que se conocía. Un perfecto pueblo para vivir en el anonimato si se estaba huyendo.
Katherina llego a este pueblo con tan solo 18 años de edad acompañada de su protector Harael. Katherina había aceptado su destino de ser la elegida, ella levaría acabo la profecía.
- Tenemos que buscar un lugar en donde poder pasar la noche- dijo Harael.
- Podemos preguntar por una posada, allí podremos establecernos hasta que sepamos que este pueblo es lo suficientemente seguro para nosotros- dijo Katherina.
Ambos, Harael y Katherina encontraron una posada no muy lejos de la central del pueblo. Vivieron sin ser vistos por dos semanas. Un día muy peculiar Katherina fue al mercado del pueblo a buscar provisiones para la semana. Como acostumbraban salió con una capa que cubría su rostro para prevenir ser reconocida por cualquier persona.
Este específico día era gris, muy nublado. Parecía que llamaba a los problemas. Harael se ofreció a acompañar a Katherina, ella se negó. Todo parecía estar en normalidad hasta que unas gotas de lluvia lograron alcanzarla. Ella no se preocupó "¿qué harían de malo un poco de lluvia?". La lluvia no era lo preocupante. Poco a poco la lluvia se fue convirtiendo en tormenta y la tormenta atrajo a los rayos. El pueblo estaba en caos tratando de protegerse. Por alguna extraña razón Katherina se había alejado demasiado del centro del pueblo, tardo en darse cuenta que debía regresar cuanto antes a la posada con Harael. Katherina corrió lo más rápido que podía hacia la posada.
En el camino encontró a un pobre mendigo que buscaba refugio. Ella nunca pudo negarse a ayudar a una persona que lo necesitaba. Lo llevo con ella, ambos apresurando el paso para estar pronto a salvo. Fue en cuestión de momentos en los que Katherina voto una fruta. El mendigo corrió a recogerla por ella, pero no llego más allá de unos cortos pasos, un rayo lo golpeó en la espalda.
Los gritos del mendigo y los de horror de Katherina fueron sofocados por la gran tormenta. Katherina desesperada corrió hacia el mendigo. Se sentía impotente, ella tenía que hacer algo. Ella debía hacer algo.
Se arrodillo a la par del mendigo, lloro, grito, no sabía qué hacer. Un grito más y golpeo el pecho del pobre hombre. Katherina lloro en el pecho del hombre, no le importo correr a un lugar para estar a salvo, no tenía sentido si muchas otras personas sufrirían y ella estaría a salvo. No tenía sentido. Pensando y llorando vio que luz emanaba de sus manos, una luz tan pura que la cegaba. Inmediatamente vio como esa luz envolvía a al mendigo. Katherina estaba asombrada y asustada, no sabía lo que sucedía. Poco a poco la luz se fue desvaneciendo. El mendigo volvió a respirar.
- ¿Qué sucedió?- pregunto Harael a su espalda, estaba tan confundido como Katherina.
- No lo sé- grito Katherina para hacerse oír en medio de la tormenta- ¡Harael ayúdame! Tenemos que llevarlo a nuestra posada- dijo Katherina, después habría tiempo para cuestionarse lo que acaba de pasar.
Harael saliendo del shock ayudo a Katherina a llevar al hombre a su posada. Prepararon una cama y lo pusieron allí para descansar. Katherina miraba hacia sus manos preguntándose ¿Qué había hecho? No sabía si era correcto, no sabía que sucedía. Harael la miraba fascinado, no podía creer tampoco lo que acababa de suceder pero sabía que su Katherina había hecho lo correcto. Harael había caído enamorado de Katherina ya hace tiempo atrás. Harael era su protector, era su ángel guardián. Katherina, Katherina era chica de la profecía. Harael no tuvo dudas de que el daría la vida por Katherina en cualquier momento y ahora que Katherina había descubierto algo nuevo, no la dejaría sola. Harael había visto brillar las manos de otros ángeles antes, pero nunca las de un humano.
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Sus Sombras
FantasyCréditos por la portada Roberto Chavez Muchas veces me he preguntado "¿qué seria de mi vida si yo fuera normal?"