- Llegamos a la montaña jovenzuela - Dijo Thrór, el poderoso rey. - Bienvenida al séptimo reino de la raza de los enanos, Erebor.
*Elfos, enanos... Parece que tendré que acostumbrarme a esto* Pensé.
Alcé la vista hacia arriba del sendero y todo era fascinante. Una gigantesca montaña que parecía tener seis grandes brazos, que se abrían a distintas direcciones, formaban una estrella.
Entre los dos brazos del sur y del sureste, se encontraba la Ciudad de Valle, el mismo rey me habló de la ciudad. Lo mejor de todo... ¡¡Estaba habitada por humanos!! Pero aún así, me advirtió que me quedara por ahora escondida en la montaña, hasta investigar algo sobre mí.Hasta ahora, andé un poco desconcertada pero feliz, estos dos enanos me agradaban un poco, a pesar de lo serios y superficiales que eran, sobre todo Thorin. Prefería millones de veces esto antes de toparme con otro elfo de Thranduil.
Entramos por la puerta principal, una gigantesca puerta (no sé para qué tan alta, siendo tan bajos) que daba lugar al interior de la montaña. Paredes se alargaban hacia arriba infinitamente.
Luego de subir por varios senderos y recovecos bajo la montaña, llegamos a la cámara de Thrór, una gran sala cubierta de oro y de piedras preciosas, estatuas y figuras de antepasados o personajes históricos para el pueblo enano, muchas también del mismo rey.
Un trono dorado se veía al final de la inmensa sala donde, arriba del asiento, brillaba una piedra blanca que iluminaba, incluso, más que la propia luz.- ¿Qué es esa piedra tan rara? - Pregunté, atónita.
- La piedra del Arca, es la piedra del rey. - Me contestó Thorin.
*Vaya por fin habla este tipo* Pensé. El enano se tiró todo el viaje callado y adelantándose a su abuelo y a mí.
Thrór, en cambio, fue bastante educado. Me contaba historias del oro y las minas de los enanos, cosa que no me importaba, pero tenía que fingir interés si no quería volver con los odiosos elfos.- Pues aquí te quedarás por unos días, tardarás en acostumbrarte al jaleo de los enanos, pero tranquila. - Se rió Thrór - Son muy alegres.
- Yo tengo que hacer cosas, rey. Debo marchar. - Dijo Thorin, con prisas.
- ¿Pero adónde crees que vas querido nieto?. Tienes que enseñarle todo esto a esta muchachita. Y sé amable con ella. - Le ordenó su abuelo. - Yo tengo mucho que atender, perdonad la ausencia.
Thorin suspiró. - Está bien. Tú, ven. - Dijo el enano joven, a regañadientes.
Me fui con Thorin por pasadizos tras la montaña, hasta llegar a un pasillo muy largo donde se abrían numerosas puertas de derecha a izquierda.
Llegamos a una puerta donde ponía: "Alcoba 78".
Él me dió una llave y la presentó como el sitio donde viviría por ahora.
Tras esto, se despidió, nos veríamos luego, en la cena.Me dejé caer en la cama, la cuál me quedaba un poco pequeña, pero era la única comodidad que había conocido hasta entonces. Mi cabeza daba vueltas y más vueltas, iba a explotar.
*¿Qué hago aquí?*Al cabo de un rato, toques en la puerta interrumpieron mis pensamientos, *¿Quién será?*.
Me llevé una sorpresa cuando vi quién se encontraba tras ella.
Era Thorin, con vestimenta limpia y comida.- Vengo a traerte algo de comer... Ropa para que te cambies esos sucios trapos de los elfos y... -
Sacó de su bolsillo un rollo de tiritas y otras hierbas con acción desinfectante que no había visto en mi vida.
- ¿Y esto para qué? - Le dije.
Él me señaló a la cabeza, por encima de la frente.
Me toqué y sentí dolor.- ¡¡Ay!! - Grité, inconscientemente. Recordé que se trataba de la herida de la que me caía sangre en la celda.
- Es mejor que te lo cures cuanto antes. - Habló el enano, apartando mi mano de la herida.
- Muchas gracias... - Dije, entrecortada.
- No las des. Ahora sí, tengo que volver a irme, ya nos veremos. -
Le vi de nuevo alejarse por el pasillo.
Me curé las heridas y empecé a curiosear de lejos la ropa que me trajo Thorin. Caracterizadas por ser extravagantes, supuse que eran típicas entre las damas enanas.
Tenía que ir bien a la cena, y dar buenísima impresión a los enanos, y... Puede que también a Thorin, al fin de cuentas... Tenía que caerle bien, por mi convenio.
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~Pequeña~ Thorin Escudo de Roble.
FanfictionPoseemos el don de dominar nuestro presente para así moldear el futuro que deseamos, pero, ¿qué hay del pasado? Todos estamos respaldados por nuestro propio inicio, experiencias que han repercutido en quién somos ahora. Siendo de aquellos tiempos qu...