- Chica, hora de la medicina. Venga. -
Me encontraba en una cama, bien abrigada y con paños húmedos en la frente.
- ¿Qué hago así? -
- Te dormiste cuando estabas junto a Thorin y él te acostó aquí. - Me contestó Girion, mientras dejaba la medicina sobre la mesita de noche.
Me sonrojé, incómoda.
- Gracias. -
Me levanté y tomé algunos sorbos de la asquerosa y espesa bebida.
Me dirigí al salón tambaleante. Unas tres flechas gigantescas colgadas en la pared del pasillo captaron mi atención.
Girion estaba cocinando el almuerzo.- Esas tres flechas, ¿qué son? - Pregunté intrigada, mientras las observaba a gran detalle.
Girón me dirigió una amplia y cálida sonrisa. - Son las flechas más poderosas que existen. Capaces de atravesar a un dragón. Es la herencia de mis antepasados, a mí también me tocará entregarlas a futuras generaciones. - Concluyó, orgulloso.
- ¿Hasta a un dragón? - Dije, dubitativa.
- Sí, son flechas negras, las únicas tres en todo el mundo. Espero que nunca se tengan que utilizar y que se queden colgadas de una pared para siempre. - Pausó, suspirando. - Porque eso significaría que estamos sumidos en el caos.
Eché un vistazo rápido a mi alrededor.
- ¿Donde está Thorin? -
- Por la ciudad, la causa no lo sé. Es extraño encontrarse por aquí a enanos, y más tratándose del mismísimo príncipe. Espero que sea un motivo de peso. - Contestó. Yo reaccioné con gesto inquieto. - Aún así, podemos estar tranquilos, Thorin se sabe defender bien. -
Después de un rato Girion sirvió el almuerzo.
- ¿Almorzamos sólos? -
- Eso parece. -
Thorin estaba tardando mucho y yo comenzaba a impacientarme.
*¿Y si le había ocurrido algo? ¿Y si Girion nos está tendiendo alguna trampa?*Me dispuse a imaginar lo peor, al fin y al cabo, estaba acostumbrada a confiar sólo en el dichoso enano.
Empecé a incomodarme, pero comí lo más disimuladamente posible e intenté no darle vueltas al asunto.A la tarde Girion se acercó a mí. Me puso su mano en la frente para tomarme la temperatura. - ¿Ya te encuentras mejor? -
- Bueno... -
- Pues sigues estando con fiebre, y muy alta. Después te daré de nuevo la medicina. -
- Está bien. -
El sol se escondía dejando paso a un cielo oscuro y estrellado, llamaron a la puerta. Era Thorin. Nunca me había alegrado tanto de volver a ver a alguien.
- Buenas. ¿Ya terminaste con tus asuntos? -
Thorin no compartió palabra alguna, se sentó cerca de la candela y, calentando sus manos junto al fuego, empezó a suspirar, en extraño desasosiego.
Me acerqué a él.- ¿Te ha ocurrido algo? -
Él me miró y agachó la cabeza, dejando escondido su rostro entre mechones de pelo. - Nada... No he podido hacer nada... -
Es lo único que repetía una y otra vez. Cada vez me inquietaba más.
Le agarré del brazo.- ¿Podrías ser un poco más explícito? -Tras un rato en silencio, el enano se dispuso a contestar. - Lo intenté todo, estuve investigando por todos lados y rincones... Hasta conseguí revisar los documentos dónde demostraban los desaparecidos que habían. Casi todos se habían encontrado muertos, o no coincidían nada contigo... -
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~Pequeña~ Thorin Escudo de Roble.
FanfictionPoseemos el don de dominar nuestro presente para así moldear el futuro que deseamos, pero, ¿qué hay del pasado? Todos estamos respaldados por nuestro propio inicio, experiencias que han repercutido en quién somos ahora. Siendo de aquellos tiempos qu...