Promesas y traiciones.

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~~~~~~~ Narra Thorin ~~~~~~~

Esa misma noche me tocaba patrullar hasta el amanecer por la ladera oeste de la montaña, iba a ser una noche aburrida y larga, pero ya estaba muy acostumbrado.
Fui a recoger mis armas y me dispuse a encender la antorcha, me puse a dar vueltas dejando que pasaran los minutos.
A las 05:00 am. ya terminó mi turno y me retiré a descansar.
Antes de eso, caminaba por el largo pasillo de las alcobas y crucé por la de la presa.
*¿Estará ya tranquila?* pensé.
Seguí hasta mi aposento hasta que alguien me sorprendió por detrás:

- Príncipe Thorin. -

Giré un poco nervioso. Era el enano que se encargaría de la próxima guardia.

- ¡Me asustaste! - le dije, suspirando.

- Perdón por molestar señor. Pero tu abuelo... Mejor dicho, el rey, te precisa ahora mismo. -

- ¿El rey? ¿Ahora? ¿Es tan importante como para no atenderlo por la mañana? -

- Lo siento, sólo sé que te quiere ahora en la alcoba real y sin tardanza -

- Pf... Está bien. Gracias y buena guardia. -

- ¡Muchas gracias señor!

Volví a retroceder, para llegar a donde descansaba Thór.

"Toc toc"

- Aquí me tienes, rey -

Mi abuelo me abrió rápidamente la puerta.

- Thorin, siento molestar a estas horas, se te ve mala cara pero es muy importante. -

- Termina ya por favor. Estoy agotado. -

- Bien... Necesito que partas mañana temprano. -

- ¿Partir mañana? -

- Quiero que vayas con nuestros parientes del Reino del Sur. Tu tío, rey del Quinto reino de los enanos, desea que luches junto a él en una batalla. Necesitan un guerrero como tú junto a ellos. -

De pronto la cabeza me dió vueltas. *No puede ser... ¿Partir mañana?* me dejé caer sobre la cama, aturdido. De pronto se me vino esas palabras, esa promesa:

" - Pues juntos lo resolveremos, sea donde sea y como ocurra. Ahora descansa. - "

No podía ser... No podía dejarla ahí sin más, sin rumbo, y más después de prometerle que le ayudaría. Un hijo de Durin debe de mantener su palabra, a pesar de todo.

Una parte de mí no podía contradecir al rey, y más en un tema como este. Quedaría como un cobarde, además... ¿Cómo le iba yo a contar a mi abuelo mis intenciones de ayudar a la refugiada? No me quedaban excusas, tendría que ir a la guerra y punto. Olvidarme de esa humana, dejarla a su suerte.

Pero otra parte de mí... Una minúscula parte... Me decía que no podía traicionarle.

- ¿Te encuentras bien? - Interrumpió mi abuelo.

- Yo... En verdad... -

- ¿Tú qué? -

- No puedo... -

- ¡Habla de una vez chiquillo! -

- No puedo marchar. -

- No pensarás traicionar a tus parientes. Dime que no. Ellos te esperan hijo mío, ¡¡confían en nuestra ayuda!! -

De pronto, me levanté y me dirigí hasta mi abuelo, nunca pensé que llegaría a contradecirle en mi vida.

- No voy he dicho. -

- Como te atreves... -

- Le prometí a... -

- ¿A quién? -

- No te incumbe -

- No sigas... No será por esa niña ¿no? -

Suspiré.

- No puedo creer esto de ti. -

- Le prometí ayudarla y eso haré. Yo no voy a manchar mi palabra. -

- ¡Y TÚ A MÍ, A TU REY LE PROMETISTE LEALTAD! HARÁS LO QUE MANDO. -

- Lo siento. - Me fui hasta la puerta.

Mi abuelo se acercó a mi de nuevo, furioso, como nunca antes le había visto.

- ¡SI TE ATREVES A SALIR DE LA MONTAÑA CON ELLA JURO QUE NUNCA VAS A VOLVER A PISAR ESTAS PIEDRAS! -

- Está bien. - dije, lo más tranquilo posible, no tenía ningún miedo. El orgullo vencía cualquier otro sentimiento.

Y saliendo, cerré la puerta tras de mí.

~~~~~~~ Narra ella ~~~~~~~

Llegó la mañana, yo seguía durmiendo como la marmota que era. De repente, llamaron fuerte a la puerta y me desperté sobresaltada.

- ¡Cinco minutos más! - Dije, inconscientemente, media dormida.

- ¡Abre! -

Rápidamente, me levanté de la cama y me peiné un poco con los dedos.

- Emm... ¿Sí? - contesté, abriendo la puerta y encontrándome de bruces con el nieto del rey.

- Recoge todo lo más rápido posible. - Finalizó, poniendo en mis brazos un zurrón.

*¿Recoger todo? ¿Quiere que me vaya? ¿Será que le molestó lo de anoche?*

- Thorin... Lo siento, si quieres que desaparezca me voy. Ayer pensarías que era... -

Él me interrumpió.

- ¿Ser qué? - Dijo, acercándose a mí. Yo me quedé entrecortada. - Nos vamos. -

- ¿Irnos? -

- Voy a ayudarte, te lo prometí. -

Yo le miré impresionada. *¡Por fin sabré quién soy y qué me está ocurriendo!*

- Muchas gracias. -

- ¿Dejarás de agradecerme todo lo que haga por tí algún día? - Habló, mientras se lograba ver un destello cálido a través de la barrera de hielo de sus ojos. - Te espero fuera.

Recogí todo y me vestí lo más cómodamente posible.

- Lista. -

- Vámonos. -

Aún no se había despertado ningún enano cuando salimos de la montaña.

- ¿Adónde iremos primero? - pregunté.

- Nos acercaremos a la Ciudad de Valle, eres humana como ellos, quizás alguien te conozca. Pero acamparemos antes de llegar, para que no nos pille la noche desprevenidos. -

- Está bien. - Hablé.

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De lo que nadie se dió cuenta es que el rey sí estaba despierto y nada contento cuando los siguió y los vio salir de su reino.

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~Pequeña~ Thorin Escudo de Roble.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora