~~~~~ Narra ella ~~~~~Nos abrimos paso velozmente entre los bosques oscuros de las afueras de Mordor, sin parar. Finalmente llegamos a unas llanuras montañosas. Turentar se dejó caer tumbándose en una escarpada roca. Vi como miraba hacia arriba mientras, con una respiración agitada, su pecho se hinchada y deshinchaba apresuradamente.
Me senté a su lado, acurrucándome en mis rodillas.- Descansa. - Le dije con una sonrisa.
Él en cambio, no hizo ni dijo nada.- ¿Qué te pasa? - Le pregunté de nuevo, preocupada. Volvió a ignorarme, sabía que algo le ocurría desde nuestra quedada en el árbol, pero quería esconderlo.
- ¡Estoy harta de que no me digas nada! Me preocupas, ¿sabes? - Le desporticié. - Eres idiota...
Él me miró agarrándome la mano y colocándola en su máscara, se la arrastré, dejando su rostro al descubierto. Luego me señaló a su capa, entendí que quería que se la quitara.
Era muy pesada, me costó desabrocharla, no llegaba a entender cómo podía aguantar llevar eso sobre la espalda.
Él, mientras tanto, suspiraba empezando a sudar exageradamente.
Le aparté su mano y le subí la fina camisa con timidez descubriendo su torso. Intenté disimular la mueca de impresión al ver que todo su cuerpo estaba marcado por cicatrices, heridas, latigazos e incluso profundas perforaciones que agujereaban su piel.
Él se giró costosamente sobre la roca mientras dejaba ver su espalda, completamente cortada en graves y profundos desgarros de los cuáles si eran recientes.
Examiné boquiabierta la zona recorriéndola con las yemas de mis dedos, mientras Turentar cerraba fuerte sus ojos.- ¡¿Qué te han echo?! - Exclamé, al mismo momento que iba a por algo para curarle.
- No hace falta nada. -
- ¡Claro que sí! Tienes que curarte eso. -
- Repito, no hace falta nada. - Habló, con un tono cortante que hizo que parara de rebuscar en mi zurrón. Agaché la cabeza mientras él volvía a abrocharse los botones de la camisa. - Lo siento. De verdad, no necesito que me lo cures. No hay nada que hacer con esta herida. -
- ¿Cómo que no hay nada que hacer? -
- Por mucho que intentes curarla no hay manera de hacerla mejorar. -
- ¡No existe herida alguna que no tenga alguna cura! - Afirmé, volviendo a rebuscar entre las cosas.
Turentar me agarró el brazo, impidiéndomelo de nuevo.
- Sí que existen, las de Sauron sí. --¿¡De Sauron!? ¿¡¿Te ha hecho esto?!? - Dije nerviosa, levantándome. Turentar asintió lentamente y la mirada baja. Al instante, entendí de qué iba todo esto. - Ese fue el castigo que mencionó Snaga... Te hizo daño... Por mi culpa... - Susurré, mientras algo en mi interior se derrumbaba causando quedar sentada en el suelo.
*¿Por qué tengo la culpa de todo?* Pensaba, mientras un nudo en mi garganta me asfixiaba. *A Turentar le hicieron mucho daño por mi culpa, por intentar ayudarme...Todos lo que lo hacen acaban mal...* Me maldecía, mientras recordé a Thorin y me eché las manos a mi rostro, confundida.
De repente unos suaves y familiares susurros vinieron a mis pensamientos..."Shh Pequeña... Mi Pequeña..."
Cerré los ojos, mientras me dejaba consolar por el recuerdo de Thorin. Quería estar con él, quería volver a verle más que a nada en el mundo.
Turentar puso su mano suavemente en mi hombro deslizándolo hacia mi antebrazo en una caricia reconfortante, en respuesta a eso, inconscientemente le abracé.
Escondiéndome debajo de sus brazos, sentía que Turentar estaba ahí, apoyándome. Sentía que estaba a salvo junto a él y que todo iba a salir bien.
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~Pequeña~ Thorin Escudo de Roble.
FanfictionPoseemos el don de dominar nuestro presente para así moldear el futuro que deseamos, pero, ¿qué hay del pasado? Todos estamos respaldados por nuestro propio inicio, experiencias que han repercutido en quién somos ahora. Siendo de aquellos tiempos qu...