Lucharé por ti.

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~~~~ Narra ella ~~~~

- ¡No puedo más! - Resoplaba Balin, mientras seguíamos con nuestro camino.

- Ojj... ¡Deja de quejarte! - Gritaba Thorin, enfurecido.
Era gracioso presenciar aquella escena y esos piques entre los dos.

Observé por un momento a Turentar, iba cargando con gran parte del equipamiento. No mostraba ninguna señal de malestar, pero lo pude notar.

- No deberías llevar tanto peso. - Me dirigí a él.

- No te preocupes, puedo llevarlos perfectamente. - Contestó, con una media sonrisa.

- No. No llevas el hombro en condiciones. - Insistí. - Si tan seguro dices que lo tienes déjame echarle un vistazo. -

Él suspiró asintiendo, soltó todo en el suelo y dejó que le soltara la camisa para descubrir su hombro. Puse una mueca de asombro a la que Turentar se alarmó.

- ¡Suelta todo ahora mismo! - Ordené. - No tienes que disimular que te encuentras mal. El hombro ha empeorado, así que relájalo, ¿vale? -

Él volvió a suspirar con la mirada fija en el cargamento.
Finalmente decidió llevar la mitad, usando sólo el otro brazo.
Yo cogí los zurrones restantes, pero la fuerza jaló en mi vientre haciendo gritar de dolor.

- ¡Te recuerdo que te estás recuperando! - Vaciló el elfo. - ¿Te encuentras bien? -

Asentí.
Thorin llegó hasta mí para cargar todo el peso que había tirado.

- No te preocupes, que será todo mío. - Dijo, con una sonrisa.

Sonreí, agradecida. El enano cruzó su brazo por mi cuello, haciéndome quedar escondida en su torso.

Pasó algunas horas más para poder oír a Balin gritar.

- ¡Ahí, ahí! ¡Hemos llegado a nuestro destino! -

Todos iluminamos nuestros rostros y corrimos hacia el valle de la lejanía.

Turentar paró un momento.  - Yo estaré con vosotros en el valle un poco más tarde. -

- ¿Cómo dices? - Pregunté, mientras me dirigía al elfo.

- Sí... Prefiero tomarme un tiempo antes de encontrarme con Elrond y tal... -

Caí en el instante. - ¡Ah!, ¡Sí!, Tómate el que necesites... Será difícil. Pero espero verte por allí esta noche, por favor... -

- Sí, esta noche estaré más que preparado. - Contestó entusiasmado. Le devolví la sonrisa y corrí a abrazarle.

- Tú puedes Turentar. - Le susurré.
Me estrechó delicadamente, depositó un suave beso en mi frente y se colocó su distintiva e incógnita careta, desapareciendo entre los árboles.

Balin pudo divisar a lo lejos uno de los elfos del valle que se acercaba a nosotros en caballo, con paso elegante y decidido.
Era un elfo de cabello bastante largo, de color casi blanquecino, piel perlina y con unos intensos ojos de color amarillo.

Thorin me agarró fuerte.

- ¿Pasa algo Thorin? - Le pregunté alarmada.

- Sí... Sí que pasa. A este cabrón tuve ya la mala experiencia de haberle conocido en una ocasión... - Contestó, rabioso.

- Así es. Ese tal Khris. - Añadió Balin, costoso.

- Así que guardáis buenos recuerdos de mí. - Vaciló irónico, mientras bajaba del animal.

Thorin se adelantó nervioso.
- Calma. - Le susurré.

- Así que ustedes sois a quiénes tanto esperan los señores... Bien, sólo necesito a la chica. - Dijo ese tal Khris, agarrándome bruscamente hacia él.

~Pequeña~ Thorin Escudo de Roble.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora