Ceguera.

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~~~~~ Narra ella ~~~~~

- Shhh... Mira ven, concentración. -Me susurraba Turentar, mientras alzaba la vista a su arco, apuntaba y... ¡Plof!
Hizo que cayese intacto el fruto más maduro de un árbol alto.

- ¡Bien hecho Turentar! - Exclamaba, mientras iba entusiasmada a chocar nuestras manos.

Era increíble la forma en la que él manejaba todo, de tener cualquier situación bajo control y de que sobresaliese tan bien en las habilidades de supervivencia.
Él reía entrecortado mientras, con agilidad, recogía los frutos que había conseguido tirar.

- Marchemos al campamento. Asemos de una vez esto. ¡Me muero de hambre! - Dijo, sujetando con una mano la cargada cesta y, con la otra, cruzando mis hombros.

Una gran hoguera estaba encendida, los enanos estaban alrededor de ella.
Balin abrió la boca atónito al ver su futuro festín.

Fui a contarle una vez más al enano de largas barbas blancas la increíble estrategia de Turentar.

- Hey, mira ven. Te enseñaré a prepararlo. ¿Te apetece? - Me invitó el elfo.

Esos días fueron muy unidos a él, parecía mi mentor y yo su mejor pupilo. Me enseñaba a buscar el poder de mi interior, a luchar y a controlar tanto la fuerza como la cabeza; al igual que a cocinar, a trepar entre los árboles, a saber cuando una planta es venenosa o no, fórmulas curativas...
Mi admiración hacia él crecía más y más en cada lección.

¿Qué pasó con Thorin? La verdad... No lo sé. Ya no hablaba ni se acercaba a mí. Intentaba ignorarme y todo lo hacía por su cuenta. Me preocupaba, pero él sabría si de verdad quería comportarse de esa forma.

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Flashback:

~~~~~ Narra Thorin ~~~~~

Ella me abrazaba aún más fuerte.
- No te voy a dejar ir. ¿Me oyes? Nunca Thorin. Quiero estar contigo. -
Me susurró.

*No me merezco su perdón...* Pensé al verla tan feliz, junto a mí.

Esa noche todo el mundo se durmió temprano. O al menos eso pensé.
Ella se había quedado dormida junto a Balin, mientras bromeaban y contaban historias junto al fuego.
Pero... ¿Y el estúpido elfo?

Pronto lo descubrí, cuando sentí un filo cortante de una daga en mi garganta.

- Vuelve a hacerle algo igual y te juro que la próxima vez te mato. - Susurró furioso, pero sin perder la calma.

- ¿Qué quieres? - Pregunté.

Turentar me agarró del cuello de la camisa, levantándome hacia arriba.

- Das asco. Ella aún confía en ti, ¿y tú te entretienes en decirle que ella tiene la culpa? ¿Qué no te debe pagar así todo lo que has hecho? -
Gritó nervioso, mientras ya se hacia notar un hilo rojo resbalando por mi cuello. - No tienes ni idea de cómo se siente el no saber ni tú propia identidad. Pero ni la remota idea. -

- ¿Acaso tú sí? -

- Cállate idiota. No dejaré que de nuevo le hagas daño. ¡¿ME OYES?! - Gritó, golpeándome.
Balin y ella seguían sumidos en un sueño profundo.

- ¿A qué viene toda esa importancia? - Reí. - Tú no eres nadie para ella. -

- ¡¡Ella está ciega por ti!! Se encariñó contigo como si fueses la única persona en el mundo. ¿¿No te das cuenta?? Lárgate, ella no se merece que la presiones nunca más. -

- Ella me quiere aquí. - .

- No por mucho tiempo. - Susurró, amenazante. - Tú sólo tócala, sea para lo que sea, y di adiós a ver tu cabeza sobre los hombros. Ahora descansa. -

Fin del Flashback.
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~~~~ Narra ella ~~~~

Llegó de nuevo la tarde. Paramos en un claro para pasar allí la noche y proseguir temprano con la caminata.
Caí rendida al suelo, deseando descansar.

- Oye... ¿Y el señor Thorin? - Preguntó Balin, algo preocupado.

Miré a mi alrededor, hacía tiempo que no se le veía.

- Pensé que se había adelantado y que nos esperaría aquí. - Contesté, algo asustada.

Turentar me tapó con una caliente y gruesa manta.
- No te preocupes, yo lo buscaré. Tú descansa. -

- ¡¡Podría haberle pasado algo si se ha perdido!! Necesito ir contigo. - Le rogué, angustiada. - Además no voy a dejarte sólo, por favor... -

El elfo suspiró.
- Está bien... -

Le sonreí agradecida, adentrándonos en el bosque que escondía el sendero.

- ¡¡¡¡Thorin!!!! ¿¡¿Te encuentras ahí?!? - Gritaba cada vez más alto, repitiéndolo una y otra vez, pero no había respuesta.

Me senté, llevábamos más de tres horas buscándole sin ningún resultado.

- Deberíamos volver... - Susurró Turentar.

- No podemos dejarlo aquí. - Insistí.

Turentar se sentó al lado mía arropándome del frío.

- Siento si te soy sincero pero... Él no te merece. -

- ¿Por qué dices eso? - Le contesté aturdida.

- ¿No vistes como te trató? ¿Cómo quería controlarte para que te quedaras con él? ¡¡Y encima te hizo sentir culpable!! -

- Sólo fue un arrebato suyo... - Intenté rebatir.

Turentar me agarró la cara con las dos manos, cuidadosamente, haciendo quedar atenta a su mirada.

- ¿Sólo fue un arrebato? Piénsalo... Han pasado muchas cosas y muchísimo tiempo desde que llegastes junto a los orcos a Mordor, desde que te conocí.
Ese enano sólo te hace retroceder. Sin él estarás mucho mejor, ¿no lo ves? -

- Tengo muy claro lo que siento por él. Tengo muy clara la personalidad de Thorin. Y sé que, aunque hemos pasado tiempo separados, nada ha cambiado. -

- Y si nada ha cambiado, ¿por qué dudaría de ti cuándo te vio junto a mí? -

- Las personas nos equivocamos constantemente. Sólo estaba desconcertado, nada más. - Justifiqué. - Además yo... Yo soy su... Su Pequeña. - Concluí, con un nudo en la garganta.

Una sombra avanzaba hacia nosotros, Turentar estaba demasiado hundido para atacarla y yo, para protegerme.
Pronto esa figura dio forma a Thorin.
El elfo reaccionó sacando furioso su espada.

- ¿¿Dónde te habías metido?? - Gritó.

Thorin seguía acercándose, ignorando las palabras.
Turentar puso el filo de su espada en el pecho de Thorin, lo que hizo que retrocediera.

- Ni un paso más. - Susurró.

- ¡¡¡Detente por favor!!! - Gritaba, mientras intentaba desviar la hoja agitando su brazo, pero este seguía firme en el corazón del enano.
- Estáis exagerando mucho las cosas. ¡¡Os estáis volviendo locos!! -

Thorin sacó su hacha perforando con fuerza el hombro de Turentar. El elfo ahogó un grito de rabia. Quiso hundir su espada y acabar con la vida de Thorin. Sí, "quiso", porque no pude evitar sobreponerme entre el arma y su pecho.
Lo último que pude llegar a sentir es un dolor penetrar mi vientre y una niebla, una clara niebla...

~Pequeña~ Thorin Escudo de Roble.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora