Capítulo 2: Victoria.

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Caminé hacia mi casillero tomando las llaves que estaban en mi cartera del pantalón. Abrí la puerta dejando los cuadernos y libros que no ocuparía ahora en la siguiente clase. Cuando mi instinto por alguna razón siente que alguien se detuvo detrás de mí.  Me volteé encontrando a mi mejor amiga en una posición de duende para asustarme.

-Hola Jamie.

-Victoria. -sonreí al verla, llevaba su cabello rubio suelto, como siempre. -¿Cómo has estado?

-Todo bien, o en eso estaba. -dijo sonriente mientras chasqueaba los dedos -ahora tenemos deporte. Estaré en el patio si te lo preguntas.

Tomé todo lo que necesitaba del casillero y lo eché en la mochila rápido. El timbre sonó y todos empezaron a moverse a sus respectivas salas. Empecé a correr hacia el patio esquivando a las personas, chicos y chicas que se entrometían en mi camino, estaba por cruzar la puerta que llevaba al patio cuando un chico se atravesó por la puerta justo cuando iba saliendo, quedando atascados sin poder pasar ninguno.

-Disculpa mastodonte ¿Puedes hacerte a un lado? -traté de empujarlo pero no funcionó. La verdad que "mastodonte" era la palabra exacta, ya que era más alto y estaba parado duramente para correrlo del camino.

-Oh... disculpa pequeño elfo, pero yo pasé primero.-dicho esto empezó a correrme hacia atrás pasando el primero y sonriendo arrogantemente.

Algo que no me gustó y que me aproveché de eso al pasar también dándole un suficiente  palmetazo brusco en la nuca de merecido, empecé a correr de nuevo al centro del patio donde estaban todos reunidos, localizo a mi amiga y me detengo a su lado.

El profesor llegó y empezó a dar su charla de "cuerpo sano, mente sana". Al terminar de dar su discurso nos hizo trotar por todo el patio sin enlongar las piernas.

-¡Profesor! ¡Profesor Troncón! ¿Podemos parar ya? Creo que se me rompió la costilla.-dijo Anthony agarrándose una de sus rodillas, ¿palabra exacta para él?
Idiota.

-¡Anthony Aitor Tilla! ¡Es Troncan! -exclama el profesor con mala espina. Mientras que algunos reían del nombrecito.

-¿Qué hay tortilla profesor? ¡Dónde! -Anthony grita entusiasmado mirando a todos lados. Todos estallamos en carcajadas, los que reían antes casi se ahogaban con su propia saliva.

Ya no podíamos presenciar más.

Algunos ya no resistían asi que se tiraban en el suelo tomándose la barriga -hombres, claro-. Observé, en este caso, todos se percataron del profesor que estaba muy serio.

-Profesor. Le dije que no me llamara por mis nombres y apellido.-refunfuña Anthony con una mueca de desagrado.

Don Troncan lo miró y luego... se puso a reír como loco, todos lo miramos extraño.

-¡Qué! Trabajen, basta de calentar el puesto -dijo aplaudiendo para que siguiéramos trotando.

Pasamos toda la hora haciendo ejercicios y luego se hicieron grupos de fútbol, tenis de mesa, baloncesto, entre otros.

Sonó el timbre dando termianda la clase a lo que tomé mi mochila y caminé a la salida. Era hora libre por lo que los profesores te dejaban salir  esa hora a la calle o a tu casa si quedaba cerca. En el estacionamiento me encontré con Victoria sentada en su auto azul, escuchando música.

-¡Jamie! -grita moviendo su mano para que me acercase -yo te llevo a casa.

Asentí acercándome a su auto y subí de copiloto dándole las gracias. Conversamos todo el camino a casa y nos reímos de la hora de deporte y de algunas charlas que supo. Que mejor día me esperaba. Bajé del auto despidiendo a Victoria. Al verla irse pasé por la placilla que quedaba en frente de mi casa.


-Hola Jamie.

Giré hacia atrás encontrándome con Jessica, mi compañera de clase.

-Hola Jessy. -sonreí amistosa, éramos como vecinas en ese entonces. Su casa quedaba al frente de la placilla y mi casa.

-Te quería invitar a que... saliéramos algún día. A la heladería podría ser ¿Te apetece ir? Iré con Tony, ya sabes... el de las tortillas. -Sonrió levantando sus cejas esperando una respuesta.

-Oh... claro, porque no. -dije asintiendo con la cabeza. -que tal el viernes, tengo muchas cosas que hacer por ahora.

Jessica sabía de mi problema familiar, ella fue la primera en acercarse a mi casa a saludar. Después de todo no era mala persona. Era una chica un poco mas baja que yo, su cabello era castaño oscuro, al igual que sus ojos, y tenía mi misma edad.

-Claro, cuando gustes. -dicho esto se marchó a casa.

Entré en el living dejando mi mochila en uno de los sillones. Me fui a bañar, luego almorcé unos panqueques que la abuela me había dado ayer, con un jugo de naranja. Limpié todo y fui a cepillarme los dientes.

Miré la hora, faltaban 20 minutos para entrar a clases, así que tomé mi mochila para salir y cerrar la puerta con llave. Papá tenía otra asi que no me complicaba si dejaba casi toda la casa cerrada.

Me coloqué mis auriculares y me dispuse a caminar hasta el instituto, que quedaba a unos diez minutos a pie. Estaban aún en recreo, para mi suerte no había nadie en el pasillo de los casilleros. Abrí la puerta y saqué lo justo y necesario. Sonó el timbre señalando hora de clases.

Que mejor que empezar con la clase de geografía. Asignatura favorita... ejem.

Fui hacia la sala. La puerta estaba abierta y el maestro Lemacks aún no llegaba, miré los asientos desocupados viendo a Jessy moviendo las manos para que me sentara junto a ella.

La hora pasó muy lenta, ya que el profesor explicaba y explicaba pero al final se confundía el mismo, decidió que sacáramos apuntes y luego se sentó dejando sus brazos cruzados en la mesa bostezando, hasta quedarse dormido en los brazos de Morfeo.

Vaya, trabaja muy bien, empieza a gustarme geografía desde ahora.

Expectativa: amar asistir a esta clase, todo lo que pueda.

Claro que no iba a dejar de asisitir, al cabo que siempre me ha gustado, solo que no lo sabía.

Mejor me pondré a estudiar, más seguido y constante para que me vaya bien en esta clase -¿hueles algo? Sarcásmo, quizá.

El profesor no sabía ni lo que estaba hablando y nos iba a colocar nota. Rodé los ojos sin sentido alguno.

-Escuchen alumnos y alumnas. -exclama Anthony subiéndose a la silla tomando la atención de todos -hoy les enseñaré en la mesa como dormir sin cerrar los ojos con atención sin motivo de que de sueño.

Todos nos preguntábamos que hablaba hasta que entendimos que estaba haciendo papel del profesor Lemacks.

-Asi que, abran sus libros en la página 98 y pónganse a leermir.

Pasamos toda la hora riéndonos de las estupideces de Anthony, hasta que sonó el timbre que daba por terminada las clases. Me fui a casa caminando junto a Jessy, algo bueno de tener vecina. No había visto a Victoria en toda la tarde así que supuse que tendría que hacer trabajos con sus compañeros.

Al llegar, dejé mi mochila en el sillón, encontrándome a papá viendo televisión. Pero mirándolo de más cerca estaba completamente dormido, asi que apagué la televisión dejando el control remoto en la mesa.

Supuse que papá había comido. Fui a la cocina y saqué un poco de jugo que quedaba y algún poco de arroz con alguna presa de carne que había preparado para que papá comiera cuando llegara.


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