Capítulo 23: Contigo... siempre.

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Después de él incidente de la tarde, llevé a Victoria a casa. Estaba hecha pedazos. No dejaba de pedirme disculpas, estaba consiente que necesitaba mucha ayuda lo que quedé en irla a ver hoy. Ya habían pasado tres días, no podía estar mucho con ella ya que las clases se colocaban más pesadas.

Las pruebas llegaban como la lluvia, al menos no tenía mucho problema ya que era sobresaliente. Después que terminaron las clases me dirigí a casa, mis padres estaban conversando en la cocina con la abuela. Y un Chris me acompañaba en el salón.

-¿Qué tal está Victoria? -preguntó.

-Está un poco mejor ahora. La iré a ver luego. -dije viendo la televisión. Estaban dando The hunger Games, la primera película. Iba casi en la mitad.

-Que buena novia tengo. -me sonrió y luego me dio un beso.

-Y yo un novio muy tierno. -lo abracé mientras él apoyaba su barbilla en mi cabeza. Haciendo caricias en mi mano.

Nos quedamos un buen rato sentados así. Luego me fijé en la hora, ya debía irme.

-Me tengo que ir. -dije parándome del sillón.

-Suerte cariño. -dio un beso suave en mi frente.

Iba en camino a casa de Victoria, su mamá insistía en que la fuera a ver más seguido. Su hija estaba algo deprimida los últimos días.

Me bajé del auto dejándolo estacionado en la vereda. Caminé hacia la puerta la cual ya estaba abierta, su mamá estaba limpiando los muebles. Luego miró hacia mi dirección dándome un abrazo.

-Qué bueno que llegaste Jamie. -me apuntó hacia las escaleras -Victoria.

Asentí para luego subir uno por uno los escalones, estaba en frente de su puerta. La abrí con cuidado, habían unos albanes tirados en el suelo junto a un prendedor.

Victoria estaba sentada en la ventana, era una de estas en las que tenías espacio para sentarte, incluso dormir allí si te apetece. Como las de Peter pan.

-Hola. -dije acercándome a ella.

Estaba con sus piernas cruzadas, su mirada era profundamente llena de dolor. Su cabello estaba en un desorden enredado y usaba ropa holgazana.

-¿Necesitas algo? -pregunté.

Lo que negó con la cabeza y luego me miró. Tenía sus ojos llorosos, marcas de que se la había pasado llorando todo el tiempo en su habitación.

-Lo odio. -dijo en un momento.

-Lo sé... yo también. -le sobé su espalda dándole tranquilidad.

-No quiero tener un hijo del bastardo ese.

-Victoria...

-Un día lo tendré, Jamie. -dijo en un medio grito dejando caer dos lagrimas -no quiero tener un hijo el cual me recordará lo que tuve que pasar con un animal que ni me quiere ni al bebé, no fue capaz de venir a verme. Ni siquiera sé si me ayudara con lo que necesite él. -colocó su mano en la pancita -quería que abortara.

Abortar, una de las peores cosas que me gustaba.

-Lo sé Vick... pero es solo un bebé, no tiene la culpa de nacer. Ni menos de tener un padre como ese, trata de ser fuerte. Trata de creer en un mejor futuro para tu hijo, Victoria. -dije dándole un apretón a su mano -sé que puedes salir adelante. Crea tu nueva vida, un nuevo capítulo con la persona que realmente te ama y desee estar contigo.

-Prométeme que nunca me dejaras, Jamie. -su cara empezaba a mojarse, sentía un fuerte dolor en el pecho -quédate conmigo, forma también de mi nuevo capítulo. No me dejes caer en un lugar hondo y sin salida por favor. Prométeme que estarás conmigo.

-Te lo prometo. -la abracé fuertemente -nunca ¿Oíste? Nunca. En las buenas y en las malas, en la enfermedad y en el dolor. Siempre contigo.

-¿Siempre? -me miró a los ojos.

-Siempre. -me volvió a abrazar.

-Daré comienzo a las esperanzas, Jamie. Seré la mejor madre del mundo, me casaré con Brad y seremos felices, compraremos una casa y lucharemos para seguir adelante. -dijo en unas sonrisa entristecida -te lo prometo.

-Tenlo por seguro. -dije sonriendo.

Victoria se secó las lágrimas con sus mangas. Luego se acomodó un poco, tomó mis manos y me miró sonriendo.

-Si me caso Jamie... ¿estarías dispuesta a ser la madrina de mi bebé?

-Claro. -dije emocionada.

-Dile a Chris que sea el padrino, por favor.

-Está bien.

-Y si me pasa algo Jamie... lo que sea. -dijo esta vez más seria -solo quiero que tú cuides mi bebé. Por favor -suplicó.

Sonreí y luego asentí.

-Te lo prometo.

-¿De verdad?

-De verdad... -sonreí de nuevo.

Estábamos apoyadas la una con la otra. Si Victoria quería mi apoyo, pues se lo daría. Mi confianza, mis esperanzas, mis mejores deseos. Estaba dispuesta a cumplir mis promesas y hacer lo mejor para que ella empezara su nueva vida, un nuevo capítulo, una nueva historia.

-Perdóname si no fui buena amiga Victoria. -dije mirando al exterior por la ventana.

-No te preocupes, ahora lo haces. -dijo -eso es lo que importa, el presente. Deja el pasado atrás, eso ya es historia.

Ahora formaría una nueva historia junto a Victoria.

A veces... valen las luchas. No siempre nuestras tristezas se quedan en nuestro camino cuando caminamos a lo que realmente deseamos. Porque aunque cueste, tienes que dar lo mejor de ti, dar hasta que duela. Demostrarle al mundo que no hace falta tener algo tan grande para ser feliz, porque aun las pequeñas cosas son lo más valioso que puede existir. No necesitas riquezas, ni poderes. Solo necesitas valentía, felicidad, amor. Que todo lo encuentras en la amistad, a veces está más cerca de lo que crees... la familia. Y eso es justo lo que Victoria desea y está dispuesta a encontrar.

A veces solo necesitas un empujón, en quien afirmarte, alguien que sea tu suelo para cuando caigas no duela.

-Te quiero Vick... siempre estaré contigo.

-Yo igual, yo igual...






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