Capítulo 12: Secretos.

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Le di una mirada censurante.

-Bien, empecemos a caminar por favor.

-Está bien. -dijo mientras caminábamos -dime... porque andas con este bolso ¿Te vas a fugar?

-Tengo que ir donde la abuela.

-¿No vivirás con tu familia? -me miró y luego contempló el suelo.

-Pues... obvio que si. Es solo que se tuvo que marchar.

Se detuvo por un instante y luego me examinó.

-No vives con tu familia ¿es eso?

-Sólo con mi padre. -suspiré de forma molesta.

-Que lástima. -asintió de forma apacible -yo vivo con toda mi familia, me refiero a con mis padres y los abuelos. También tengo una hermana aparte de Erik.

-¿Tienes una hermana? -lo observé con fascinación.

Nunca me habia hablado de su hermana, tampoco hablaba de ellos a los chicos. Aunque yo tampoco le había preguntado si realmente tenía una.

-Se llama Rebecca, pero le gusta más Becca. -sonrió ante el detalle -es una super hermana.

-Mis padres se divorciaron hace un año. -afirmé entristecida, ahora lo sabía.

Se me hacia tan fácil hablar con él. Al igual cuando peleabamos, siempre me ha gustado llevarle la contraria -en buena forma- a las demás personas.

-Te entiendo .-confirmó -digo... yo con Becca somos hijos solo de mi madre, nuestro padre se divorció con mamá por problemas... -hizo un pequeño corte -realmente él la quería pero se dio cuenta que no la amaba por lo que decidió cortar con ella, para no hacerla sufrir más de lo que estaba. Mamá lo amaba, pero ya sabes, tu no puedes hacer nada para cambiar el destino y sanar las heridas que te hicieron. Desde ese momento mamá tomó el rol también de papá, hasta que conoció a su futuro esposo. El si la ama.

Al igual que yo y mi familia, Chris no era el único que sufrió un divorcio por parte de sus padres.

Las heridas sanan con el tiempo... pero no lo curan todo. Aun así sientes que te despedazas por dentro, quien no quisiera, yo quisiera. Quisiera que todo fuera como antes, pero por más que quieras no lo puedes lograr, no está en tus manos. Así es la vida, insufrible.

-Lo siento tanto... -estaba aturdida con todo lo que me había contado.

-No lo lamentes, nadie tiene la culpa de lo que nos pasa. -estaba perdido en sus pensamientos -es así, o aprendes a valorar antes de que el tiempo te lo arrebate o no valoras nada y te lo arrancan de la raiz.

En ese instante me acordé de mamá. Ella al igual que nosotros teníamos ese vacío de no poder estar juntos, reunidos. Pero mas ellos, mis padres. Ellos eran los que se sacrificaban por darnos todo... a pesar de cuando nosotros no queremos los que nos dan, somos malagradecidos, somos egoístas. Somos humanos.

Solté el bolso y sin pensarlo me lancé a su cuerpo, rodee mis brazos tras su espalda escondiendo mi cabeza en su pecho.

Se tensó ante la forma tan repentina de mi acercamiento. Pero en segundos me devolvió el abrazo... no era cualquier abrazo. Era un abrazo en que solo dos almas heridas entendían, se estudiaban, sentían lo mismo ante sus problemas. Era tan cómodo, era inexplicable.

Me sentía tan bien . Pero las cosas buenas también terminan, también tienen un punto final. Me fui alejando de apoco, cuando Chris me volvió a empujar contra él.

-A donde crees que vas pequeña escurridiza. -siento como ríe -tengo toda la noche para quedarme de esta forma, así que ni se te ocurra.

-Pues yo no digo lo mismo .-levanté mi cabeza para mirarlo -mi abuela debe estar preocupada de que su nieta no llegue y esté con un joven.

-Solo un minuto más. -se relajó, pero por más que intentara zafarme de sus brazos no podía.

-Chris... ¿Ya puedes soltarme? -pero no me contestó. -bien, si no me sueltas no te voy... -piensa Jamie, piensa -no te voy a hablar nunca más.

-Que tal si te suelto con la condición de que me abrazarás cuando yo quiera. -esta vez lo pensé muy bien.

Bueno. No podía ser peor. Tal vez después no lo vea más asi que la condición no resultaría.

-De acuerdo. -asentí.

Esta vez volví a tomar mi bolso, pero valla que hacía frío esta noche. Como no pensar que hace un rato estaba cómoda y calentita en los brazos de Christian. Y ahora estaba entumiéndome.

Chris tomó el otro lado del bolso, lo que empezamos a caminar de nuevo. Llegamos en un santiamén a la casa de la abue.

Era una casa mediana de un solo piso, era de pequeñas piedras de color doradas o algo así. En la entrada tenía dos ventanas a cada lado de la puerta, dejé el bolso en el suelo y giré a mirar a Chris.

-Tus padres no te irán a reñir por culpa mía.

-Claro que no, les dije que dormiría donde Johnny... además él estaba en algo así como una salida amistosa con Jessy. Por eso me llamó y me dijo que necesitabas ayuda.

-Asi que te mandó ya que ella no podía. -pobre chaval.

-Que mejor que venir a escoltarte... ¿Me presentarás a tu abuela? -sonrió tunante -podría quedarme aquí para no arruinarles la salida a los chicos.

-La abuelita no creo que desee conocerte. -sonreí socarrona -además dormirás en el garaje.

-Claro que si, quien no quisera conocerme -dijo apuntándose -¿no hay espacio para alguien más en su casa?

-Lo dudo. -hice una carita de pena.

Tomé el bolso y caminé hacia la puerta. Toqué el timbre y esperé a que la abuela me abriera.

Chris por otro lado seguía donde estaba hace rato.

-Mi Jamie... por fin llegaste. -habló mi abuela -y viniste con visita.

-No abue, el solo me vino a dejar por...

-¿Tienes hambre Jamie? -me interrumpe.

-Claro abuelita.

Abuela me invitó a pasar cuando se gira y dice. -¿Quieres quedarte a cenar joven?

-Abuela ya es muy tarde. -frunzo el ceño.

-Claro abuelita de Jamie. -Chris le sonrió -soy Christian, pero usted llámeme Chris. -y dicho esto, nos guiñó el ojo a ambas.








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