Me encontraba en frente de la casa de Victoria. Suspiré un poco antes de acercarme a tocar el timbre, pero nadie abrió así que decidí tocar la puerta con mi mano.
-Ya voy, ya voy. -la voz de Victoria se escuchó tras la puerta.
Sonreí tímidamente, me cerró la la puerta en la cara a lo que penas me vio.
-Victoria, por favor. -le supliqué- tenemos que hablar.
-Nosotras no tenemos nada que conversar Jamie. -dijo firmemente abriendo la puerta. -así que puedes irte.
-Lo siento. -dije tristemente.
-No lo lamentes, no tienes nada que lamentar. El daño ya está hecho.
Quedé un momento en silencio mientras me balanceaba sobre mis pies.
-Al menos ¿Sabes de quién es el bebé? -dije sacando el tema.
-¡Pero quién te crees que eres! -me respondió enfadada. Ups. -¡me viste cara de fácil!
Ahora entiendo cuando dicen que las embarazadas se ponen un poco bipolares, pero no la culpa.
-Victoria es solo una pregunta. -dije tranquilizándola. Lo que no funcionó mucho que digamos.
-Este bebé es de mi... ex novio. -dijo matándome con la mirada. -seguro tus amiguitos te dijeron que yo era una cabrona necesitada.
-Eso es lo que todos dicen Victoria. -cada vez lo estaba empeorando más de lo que ya era, ya me veía colgada en el techo de su casa.
¡Cállate Jamie, calla la boca de una miserable vez!
-¿Te acuerdas del día en que te invité y tu saliste con tus amigos?
.-dijo. -pues te iba a presentar a mi novio, el me ayudó con la relación de mi ex novio cuando tu no estabas. Quien era un perquén barato como cualquiera que me engañó dejándome en este estado.Ahora lo entendía, en que estaba pensando. Deje a mi mejor amiga sola en una relación que a cualquiera le hubiese gustado un poco de aliento y ayuda. Iba a tener un hijo de alguien quien le había marcado su vida.
-Fue un mal entendido. -dije jugando con mis dedos nerviosa. -lo lamento tanto Victoria.
-No te preocupes. -dijo molesta.
-Me gustaría arreglar este mal entendido... ahora tengo novio. -dije en un pequeño susurro mirándola a los ojos.
-Eso ya se esperaba Jamie. -dijo cruzándose de brazos. -no hace faltas que me digas.
Pero que chica más molesta.
-Victoria ¿Hay alguna posibilidad de que volvamos a ser amigas? -dije. - ¿como... antes?
Suspiró un poco. -no te estoy impidiendo que no lo intestes, pero si logras cambiar el dolor que alguna vez me causaste por una amistad me alegraría mucho. Puede que no lo cure, pero al menos lo reemplazará.
Suspiré aliviada. -gracias, intentaré que esto funcione. Te he echado tanto de menos Victoria...
-Ojalá que no se te sea imposible. -dijo arrugando la nariz.
-Querida Vick, lo imposible solo existe si tu misma lo crees. -dije sonriendo. -puede que sea difícil pero... ¿imposible? Jamás.
-Empiezas bien. -hizo una sonrisa torcida -espera ¿Cómo es que te llamabas? ¿Christina?
No pude evitar reírme ante el nombre que me había puesto.
Se notaba el medio tortillazo que me había dado con el nombre.
-Mi nombre es Jamie Winsley Dalton. -dije con una sonrisa de lado estrechándole la mano.
De primera creí que solo estaba bromeando pero después me siguió.
-Victoria Carter. -dijo estrechando su mano.
-Hm... ¿Qué te parece si salimos? -dije colocando mis manos a los costados.
-Creo... que hoy no puedo. -dijo. -pero podríamos salir mañana, hoy tengo que cuidar de mi hermana chica.
-Un gusto. -dije sonriendo de nuevo.-un placer conocerte, Vick.
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Las cosas habían mejorado, todo estaba en su sitio. Donde correspondía. No podía evitar sentirme mejor, tan libre, como si el peso que cargaba sobre mis hombros se hubiesen desvanecidos por completo. Estaba en una guerra con mi cabello cuando alguien entra a mi habitación. Me giré encontrándome con mamá quien llevaba un vestido negro largo y su cabello ondulado iba suelto.
-Hola mamá. -me giré hacia ella simpática.
-Hola cariño. -dijo dejando ver sus dientes grandes en una estrecha sonrisa. -tu hermana le apetece salir a una fiesta esta noche ¿quisieras ir?
-Bueno... a mi no me gustan las fiestas mamá, creo que me quedaré aquí en casa, con la abuela.
Asintió ligeramente, luego palmeó la cama pada que me sentara con ella.
-Dime cariño... ¿Cómo está Victoria? . -me interrogó mirándome sin apartar la vista.
A veces me pregunto, si ser madre trae poderes mágicos o algo así. Saben perfectamente cuando algo te pasa o como te sientes. Si fuera así, una madre es algo de lo más importante que existe en nuestras vidas.
-Pues de primera pensé que me ignoraría y no me perdonaría... -y así empecé a contarle todo. Asentia cada vez que hablaba, al terminar simpletemente me abrazó.
-Tienes que luchar junto a ella Jamie. -dijo dándome un beso en la frente. -necesita apoyo, además con ese estado... solo necesita de alguien la comprenda y sienta lo mismo. No te estoy diciendo que te embaraces, pero necesita confianza.
Entendía que cuando una mujer estaba en ese estado, necesitaba apoyo y mucha comprensión. Hay en una parte dondd creen que nadie las pueda ayudar y que em peso qie cargan es lo que hace que las personas se alejen de ellas. Aun no sé como puede ver gente tan injusta.
-Lo sé mamá. -sonrió y abrió la puerta.
-Saldré con tu padre a cenar a nuestro restaurant favorito, así que no nos esperen con la cena. - Dicho esto se va. -ah y por cierto, alguien vino a verte.
Me dio un guiño y se fue.
Me miré en el espejo, me arreglé un poco y luego caminé hacia el salón. Allí estaba, con la sonrisa que nunca lo abandonaba. Y sus ojos celestes con pizcas verdes, era tan lindo...
¡Traigan un balde! ¡Babona a las dos en punto!
-Chris. -dije acercándome a él, quién sostenía una gran caja de chocolates.
-Son para la niña más linda que he visto en mi vida. -dijo, luego posó sus labios en los míos de una forma tierna y dulce.
Apoyé mis manos en sus hombros, sus manos me rodearon dándome un abrazo de oso. Claramente casi dejándome sin aire.
-Christian... abrazas demasiado fuerte. -dije quejándome mientras él seguía abrazándome.
-No quiero soltarte Jamie. -me estremecí al sentir un beso de él en mi cabello.
El tiempo estaba detenido, solo éramos él y yo. Nadie más. Estaba realmente enamorada de la persona de la que nunca pensé que iba a ser mi novio, coloqué mi mano en la cartera de su casaca. Habían...
Gomitas.
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Cree en ti.
Teen FictionLa vida trae diferentes problemas, y a veces, no todo gira alrededor de ti. A Jamie le tocará pasar por algo mucho más que amistad, amor, y conflictos. Atente a las consecuencias, las verdaderas amistades no son fáciles de olvidar, y tampoco muy di...