Capítulo 13: Suertudo.

150 11 1
                                    

Adivinen. Estabamos los tres sentados comiendo en la mesa, y saben que... mi abuela no paraba de conversar con Chris.

Admite que le cae mejor que a ti.

Claro que no.

Después de haberlo hecho sentarse, mi abuela le hacia esas preguntas básicas de cuantos años tenía, donde estudiaba, si tenía novia, como le iba con los estudios, Bla bla bla.

-Cuéntame querido. -abuela se echó un pedazote de carne en la boca...

No se vaya a atragantar con la buena copucha no más.

-¿Vives muy cerca de aquí?

-Oh... bueno, yo vivo muy cerca de su casa. -asintió felizmente.

Ejem. Cotilla. Ejem.

-Dígame usted ahora. -prosiguió él. -¿Cuál es su pasatiempo abuelita?

-Dime Gaby, Chris. -dijo dejando su cubierto en la mesa -bien, por ahora niñera de esta jovencita flacucha. Se nota que su padre no le da mucho de comer.

Miré a la abuela y luego mi cuerpo. Claro que no, parezco chinche con patas. Rodee los ojos y seguí comiendo.

-Me parece muy bien que se preocupe de su nieta... Gaby. -sonrió y luego me miró burlón.

-Pero que jovencito más considerado. -le sonrió y luego me miró -Jamie come más.

-Gracias abuela. -esta vez me eché todo lo que podía en la boca -que te parece ahora.

-Te falta la ensalada. -apuntó los pedazos de pepino.

Mientras veía de reojo, Chris estaba conteniendo la risa. Pero no rió más cuando la abuela le habló.

-Tu también estás flacucho, come. -le ordenó observándolo y luego pasandole un poco del postre.

-Puedo darle las sobras si quieres abuela. -sonreí orgullosa.

-Oh, claro que no, tu también necesitas mucho para engordar palillo. -dijo Chris mientras reía y se daba un bocado del postre.

-Claro que no, yo estoy bien. -hice una pausa -tú, no.

-¿Cómo que no? Yo estoy en forma cariño. -dijo levantando sus brazos y apuntándose.

-En forma de alambre diría yo.

-Yo diría que tu pareces globo, claro que tu cabeza es el globo y tu cuerpo el hilo. -dijo divertido.

-¿Me dijiste cabezona? -hice una mueca de fastidio.

-No... pero si tú lo dices. -sonrió colocando sus brazos cruzados.

-¿A qué se debe tanto amor pequeños? -sonrió mi abuela, por un segundo me había olvidado que ella estaba aquí. ¿La abuela estaba aquí? Oh, si.

-Claro que ella es la obsesionada Gaby. -dijo Chris mirándome.

-Yo no estoy obsesionada contigo estúpido. -dije avergonzada.

-Claro que si... porque sino, no te sonrojarías. -Chris me miró y luego miró su plato.

-Claro, como tu digas. -dije parandome de la mesa -abuela me iré a dormir, gracias por TODO.

Tomé mi celular y caminé hacia la puerta enfadada. Luego van a pensar que yo soy la que le gusta, que absurdo. Creo que vomitaré.

Me giré y como buena dama abrí la puerta y miré la mesa donde ambos me miraban impresionados, giré la cabeza orgullosamente... dándome un golpe en toda la frente.

¡Es que no te puedes correr!

Me volví a recuperar y cerré la puerta. No hacía falta tocar mis mejillas para saber que estaba roja.

Caminé por el pasillo hacia el fondo, abrí la puerta del baño cerrandola tras de mi. Aproveché de mirarme en el espejo, mi frente estaba roja y sangraba. Cogi una toalla pequeña, la mojé y me la pasé por la frente.

Di un pequeño salto cuando siento que alguien abre la puerta. ¿Pero no le basta con dejarme en vergüenza con mentiras y ahora viene a interrumpirme?

-¿Qué haces aquí? Vete. -me di la vuelta masajeandome la frente.

-¿Estás bien? Creo que le hiciste una grieta a la puerta. -sonrió burlón.

-Claro, como tu digas. Ahora vete, no quiero verte.

-Gaby me mandó a ver si estabas bien. -se afirmó a la puerta.

-Bien... ya me viste, ahora si vez ahí esta la puerta. -caminé hacia la puerta abriendola -oh, se puede abrir.

-¿Por qué te comportas así conmigo Jamie? -se dirigió a mi guardando espacio, ¿dolido? -¿Te he hecho algo malo?

-Con solo venir, si. -dije cruzandome de brazos.

-Solo quería conocer parte de tu familia Jamie, no seas egoísta.

-Egoísta. -asentí molesta -entonces aléjate de mí.

-No quiero.

-¡Pues no me importa! -le grité -¡Vete!

-¿Por qué quieres que me aleje de ti? -frunció el ceño.

-¿Por qué tu no quieres dejarme? ¿No te basta con dejarme en vergüenza?

-Porque no puedo. Además solo estaba bromeando Jamie.

-Christian... -negué con la cabeza -¿Bromear para ti es dejar en vergüenza a los demás? Que pensará mi abuela, pensará que su nieta está obsesionada con un crío al que apenas conoce, siendo mentira. -iba a explotar -odio las mentiras ¿lo entiendes?

-Lo pensaría dos veces si se tratara de dejarte en vergüenza, pero si lo hiciera me gustaría que fuera solo conmigo. Que yo sea la razón de tu vergüenza. -se acercó y posó su mano en mi muñeca -no te preocupes, yo lo arreglo.

Dicho esto caminó hacia la puerta, giró su cabeza donde yo estaba.

-Buenas noches, Jamie.

Lo vi alejarse por el pasillo desierto, caminé perdida en mis pensamientos hacia mi habitación. Todo esto era como si nunca hubiera pasado, como si lo hubiera soñado.

Mis padres no estaban juntos, conozco a un chico el cual le gusta bromearme y al igual que a mi llevarle la contraria a los demás. Amigos que me dicen que Victoria es fatal y ella que dice lo mismo de ellos. Como saber realmente quien dice la verdad. Me coloqué mi pijama bien cómodo para no pasar frío. Me acosté mirando un punto fijo en el techo.

Quería vaciar mis pensamientos . Pero lo único más cercano que recuerdo eran mis padres, un abrazo de no hace mucho, una pelea en el comedor, se me había olvidado mi herida de la frente, que por ahora no tenía valor.

Lo pensaría dos veces si se tratara de dejarte en vergüenza, pero si lo hiciera me gustaría que solo fuera conmigo. Que yo sea la razón de tu vergüenza...

Y sin más pensar pude cerrar mis ojos a las cosas que no quería ver y poder descansar...






******************************



Cree en ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora