Capítulo 3: Un paseo.

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La semana pasó rápidamente dándome el último día de clases. Un hermoso viernes, hoy tenía que juntarme con Jessy Spaghetti.

Una bonita rima.

Lo bueno era que hoy era feriado, así que tenía la mitad del viernes para mí. Hice todo el aseo de la casa. Me bañé, almorcé y terminé tomándome todo el cabello, haciendo un peinado alto. Llevaba una blusa negra, jeans y unos converce del mismo color que la blusa.

Estaba lista para salir. Cuando sentí como el celular vibraba en mi cartera trasera del pantalón.

Victoria.

-Victoria ¿Pasa algo? -pregunte, cerrando la puerta de mi casa.

-Hola Jamie. Nada ¿Te pasa algo a ti?

-Claro que no. -sonreí caminando por la acera esperando que algunos vehículos pasaran.

-Bien, ya que tenemos el día libre ¿Qué te parece si nos juntamos a ver una película en mi casa? -su voz notaba entusiasmo, pero yo ya tenía planes, tendría que decirle que no.

-Victoria... yo ya tengo planes. -di un suspiro.-pero para la próxima ¿Ok?

-Está bien. -terminó de decir desepcionada. No era típico de ella.

-¿Estás moles...? -no terminé de preguntar cuando ella cortó la llamada, creo. -¿Hola? -hice una mueca despreocupada con mis labios al no escuchar nada del otro lado. Primera vez que la rechazo.

Miré la pantalla del celular, al menos le dije que no podía.

Le escribí un mensaje a Jessy.

"Estoy lista... podemos juntarnos ya en la placilla."

Apreté enviar y guardé el celular.

A Victoria la conocía hace tiempo, cuando recién llegó y no tenía con quien sentarse, hasta que decidí hacerme amiga de ella. No costaba nada ¿Verdad? Que mejor que darle una cálida bienvenida, aunque ella no era de la clase Anti-social.

Salí de mi trance de pensamientos, caminando hacia la pequeña plaza que tenía al frente. En una banca estaba Jessy. Pero no estaba sola. Obviamente que con el famoso Anthony, porque donde tu estuvieras lo veías a él.

Para mi que es marciano... como se teletransporta tan rápido...

Como si lo fuera.

-Hola. -sonreí dándoles un beso en la mejilla a ambos. -bien... aqui estamos.

-Bien chicas ¿Qué haremos? -Anthony nos miró a ambas.

-Yo digo que con esta calor vayamos a comprar un helado -respondió Jessy abanicándoce con las manos. -que les parece.

Ambos asentimos y caminamos hacia la heladería que quedaba a unas siete cuadras más. Yo, pedí mi amor. Helado de chocolate. Jessy pidió un helado de fresa y Anthony uno de vainilla. Todos los helados con una galleta oreo.

Contábamos cosas graciosas, entre ellas la clase de deporte aunque nosotras estábamos que nos hacíamos pis pero Anthony nos miraba serio. Asi que dejamos de reír lo que fue casi imposible.

Luego pedimos la cuenta y pagamos los helados, caminamos hacia un parque muy bonito.

-Bueno, creo que estoy cansado asi que tirémonos allí en el césped verde. -opinó Anthony. -Jamie, ya que te considero una amiga dime Tony. Me gusta más que los otros nombres.

¿Si tu lo dices...?

-Bueno, Tony. Tu solo dime Juana. -sonreí burlona.

-Ok. Yo me llamo Pancracea, asi que diganme... Pancra nada más.

Todos nos pusimos a reir ante el nombre de Jessica.

Pobre niña que le pusieron así.

-A la niña que le pusieron así debe estar pasándola mal. -carcajeó Tony, pero paró de reírse en un momento.

-Tony ¿Te pasa algo? -exclamó Jessy preocupada.

-Por el cambio repentino debe ser serio -miré a Tony quien estaba muy serio.

Nos miró a ambas como si no lo entendiéramos. Luego refunfuñó para decirnos algo.

-No se hagan. -nos apuntó molesto -ustedes no se llaman "Aitor Tilla". -hizo comillas en las últimas palabras.

Ambas reímos para luego darle un empujón y hacerle cosquillas.

-No seas tonto. -le dijo Jessy mientras le hacía cosquillas -tú eres único, eso es lo importante. Aunque hayan tortillas -le guiñó el ojo, dándole una sonrisa.

-Jessica Sandley. Basta, me harás llorar. -respondió Tony dándole un abrazo apretado.

Oh, que lindo. Y yo estoy aquí pintada, pero igual, aw.

Jessy sin duda sabía como animar a los demás con tan solo unas pocas palabras.

-¡Ey! -dije dándole palmaditas a ambos -si quieren estar solos díganme porque no me quedaré aquí tocando el violín.

Empezaron a reír y luego me miraron.

-Tony es mi mejor amigo -dijo Jessy. -además lo tienen de cacería.  Le dio codazos y le movió las cejas pícara a lo que Tony se pasó las manos por el cabello de forma nerviosa.

-Si... -fue lo único que se le escuchó balbucear.

-Con que andas matando Tony. -sonreí molestandolo.

-Como si ustedes nunca hubieran salido con alguien.

-¡Que cosa! -gritamos al unísono con Jessy.

Tony nos miró con los ojos muy grandes dándose cuenta de lo que había dicho. Se le había escapado.

-Yo... pues nada. -dijo mirando a otro lado sonrojado.

-Vamos Tony, soy tu mejor amiga y no me has dicho nada de nada. -Jessy puso cara de cachorrito -no confías en mi verdad.

-¡Claro que si! -la abrazó y le dio un beso en la frente. -los mejores amigos nos contamos todo.

En eso se separaron y me miraron con complicidad. Estaban tramando algo y no era bueno. Ni reaccioné cuando me estaban tirando pasto a lo que yo respondí.

Cuantos afortunados perritos haciendo pipí y quien sabe que otras cosas.

¡Qué rayos! Los detuve al instante sacándome el pasto que tenía hasta por las orejas. Algo llamó mi atención en otro lado, dos chicos se nos acercaron. Claro, caminando hacia nosotros como en una pasarela. Aunque a uno de ellos lo había visto en otro sitio...

Y quien sabe si en la puerta que da al patio del instituto.

Ese era... el desgraciado mastodonte. Era más alto que yo, su cabello era un castaño claro, tenía ojos azules hermosos y su piel era blanca. Captó en seguida quién era yo lo que se rió. Saludaron a Jessy como si la conocieran de toda la vida y con un apretón de manos a Tony.

-Hola, ella es Jamie -sonrió Tony.

-Hola... soy Jhonny. Un gusto en conocerte Jamie. -dijo el otro chico estrechando su mano.

Le devolví el saludo amable. Él era un poco mas alto que el otro chico, su cabello era oscuro, sus ojos eran entre verdes y azules.

-Con que el pequeño elfo tiene nombre. -sonrió el mastodonte. -soy Christian, pero para ti Chris. -Sin sacar su sonrisa me guiñó un ojo.

Pervertido. Le miré mal.



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