Al fin las fastidiosas clases habían terminado, el señor Buntjen le había dejado deberes como para una semana y debía llevarlos a cabo en una noche. Caminaba de regreso a su habitación para iniciar su tarea cuando escuchó una conversación, al parecer era su padre, se aproximó sigilosa y al comprobar que la puerta del estudio se encontraba entre abierta se asomó un poco y comprobó que no se encontraba con nadie sino que hablaba por teléfono. Sí, era un teléfono, el primero y el único que quizás hubiera en la mansión. Su corazón se regocijó, al fin podría llamar a alguien y pedir ayuda. Cuando su padre colgó, ella corrió y se ocultó, el señor Holmes salió y dirigió sus pasos hacia el salón en donde la recibiera cuando ella llegó.
De prisa se escabulló adentro y con manos temblorosas marcó un número.
-Diga. -Se oyó al otro al otro lado de la línea.
-Señorita Harrison. -Elena sonaba desesperada.
-¡Elena! -La reconoció la voz al otro lado. -Que gusto saber de ti. ¿Cómo has estado? ¿Qué tal Luxemburgo?
-Señorita Harrison, debe.......... -De repente la línea estaba muerta, Elena contempló con horror como su padre había desconectado el cable telefónico.
-Me decepcionas Elena, ¿Qué crees que haces?
Ella retrocedió unos pasos, miró a la puerta, pensó en correr, "correr" Como si eso solucionara algo, ¿A dónde iría?
-Te lo advertí, te dije que no me desafiaras.
Cameron elevaba su tono de voz mientras que Elena contemplaba como sus ojos cambiaban de verde a negro otra vez.
-Lo siento. -Contestó apenas audible.
-¿Qué haré contigo Elena? Te empeñas en hacerme enojar.
-Tú no eres mi padre. _Espetó con rabia, sacando valor de lo más profundo de su ser.
-¿Qué? -Respondió Cameron incrédulo ante sus palabras.
-Mi padre jamás me trataría de una manera tan despectiva y cruel, él era un hombre amable que me amaba, ¿Dónde está? ¿Qué has hecho con él?
Cameron le dio la espalda y cuando la tuvo al frente nuevamente, sus ojos ya habían vuelto a la normalidad.
-Jamás volverás a entrar a esta estancia, inclúyelo dentro de las reglas y para estar seguro de que aprendas la lección te castigaré por tu osadía.
-¿A qué te refieres? ¿Qué me harás? -Le respondió altanera. -Me encerrarás en la habitación por una semana sin ver televisión, te hago la observación que no hay un maldito televisor en este lugar, o me quitaras la mesada o el celular o evitaras que vea a mis amigos.
Cameron no contestó pero Elena pudo ver en su rostro como se dibujaba una sonrisa torcida y sintió temor. La tomó bruscamente del brazo y casi arrastrándola la guió a través de los pasillos hasta detenerse en frente de una puerta.
-¿Qué hay ahí? -Preguntó con el miedo latente en cada parte de su cuerpo.
-Pronto lo sabrás.
De su chaqueta sacó una llave y la introdujo en la cerradura, enciende la luz al ingresar, el sitio se veía normal, como una clase de bodega donde guardaban aquello innecesario como en cualquier casa, él levantó la mano tanteando la rocosa pared hasta que una piedra cedió y para su sorpresa una entrada se abrió. Se espantó y trató de soltarse de su agarre pero Cameron la sujetó más fuerte y pudo ver como sus manos cambiaron, se convirtieron en garras que se incrustaron en su piel causándole dolor.
La mirada de advertencia del señor Holmes hizo que Elena no forcejeará más, al ir descendiendo las antorchas colocadas en la pared se encendían solas, bajaron hasta llegar a una pequeña sala que se dividía en tres bifurcaciones, continuaron por la del centro, no le tomo mucho tiempo reconocer que era un calabozo. Se detuvieron en una celda y entraron, había incrustados en la cruda piedra unas cadenas, él le colocó los grilletes en sus manos.
-¿Qué haces?
-Te quedarás aquí, regresaré por ti en la mañana.
-¿Me dejarás pasar la noche en este lugar? ¿Encadenada? ¿Qué te pasa?
-Esto te enseñara para el futuro a hacer lo que se te pide.
-No puedes hacer esto, es inhumano, ¿Estás demente?
-Quizás. -Sonrió Cameron a medias.
-Soy tu hija.
-Acabas de decir hace un rato que no soy tu padre.
-Por favor, haré lo que me pidas.
Cameron ignora sus palabras y llega hasta la puerta de la celda.
-¿Por qué haces esto? Mírame, ya ni siquiera sé si eres humano, ¿Qué eres?
Por segunda vez Elena ve como la mirada de su padre cambia, encuentra unos ojos cálidos que la observaron con aflicción.
-¿Papi? -Pregunta ella esperanzada.
Él coloca las manos sobre su cabeza como si de repente lo atormentara un terrible dolor, cae de rodillas, era como si una lucha invisible se llevara a cabo en su interior.
-Papi sé que estás ahí, por favor regresa a mí.
Cameron recupera el aliento y se pone de pie dirigiéndose a la salida.
-Papi -Repite Elena.
Unos ojos negros la miraron con desprecio, Elena supo que de nada le valía seguir rogando, la decisión fue tomada y ése ser no era su padre.
-Te veré en la mañana. -Le afirmó con burla. -Que descanses.
Y saliendo la dejó en la más profunda oscuridad.
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El Secreto de la Mansión Holmes
Mystery / ThrillerDespués de la inesperada muerte de su madre, Elena debe ir a vivir con su papá, un hombre que no ha visto en 10 años. Al hacerlo se ve envuelta en una serie de eventos paranormales que encierra la Mansión Holmes y que está fuertemente ligada con el...