Caminan un largo trayecto hasta llegar a una entrada rocosa, al ingresar bajan por unos oscuros túneles, el muchacho parecía conocer de memoria el camino. Llegan a una estancia cavada en la piedra viva, iluminada con antorchas, no había piso, en una esquina se encontraba un camastro, a sus pies un enorme baúl y una mesa con dos sillas. El frío se colaba por todos los rincones y Elena comenzó a tiritar, sólo llevaba puesto los jeans y una sudadera.
-Lo lamento, esto servía como refugio hace mucho tiempo, acostumbraban a pasar sólo una noche cuando iban de paso.
Se dirige al baúl y saca una gruesa colcha que coloca sobre los hombros de la joven, al tiempo que saca una camiseta que se coloca de inmediato.
-Gracias, este lugar es.... Acogedor
-No mientas, lo reconstruí y decore un poco, pero es todo menos acogedor.
-Elena se sienta en una de las sillas y él toma asiento junto a ella.
-Hay algo que no comprendo, dice ella con el semblante triste.
-¿Sobre qué?
-¿Por qué los Gossner se arriesgaron tanto por mí? Cuando llegué a la mansión la primer semana tuve una pesadilla espantosa y luego una noche como en las películas de terror mi cama comenzó a moverse y una silla decidió llegar sola hasta la mitad de la habitación entre otras cosas. Ellos fueron responsables de estos eventos, pero no sé qué querían ganar. Es decir, Cameron jamás me hubiera dejado ir.
-¿Cómo lo sabes? Crees que ellos actuarían de esa forma sin ninguna razón. Quizás sabían algo que tú no.
-No te entiendo, murmuró Elena.
-Cuando una persona es poseída, aunque el alma sea retirada, ésta continua ligada al cuerpo, algunas veces el afectado intenta luchar por recuperar el control.
Elena recuerda las dos veces que su padre intentó liberarse del dominio de su opresor sin resultados positivos.
-Quieres decir que posiblemente Cameron me hubiera dejado ir.
-No lo sé, y ya no importa, tu destino era quedarte.
-Creo que eres un vampiro poco particular.
Andrew sonríe ante su ocurrencia.
-¿Por qué te lo parece?
-Para empezar, tu temperatura es igual a la mía. Siempre pensé que los vampiros al estar muertos eran fríos, tú sabes, y además, puedes estar bajo la luz del sol, no que eran seres de la oscuridad.
-Creo que soy diferente. Debes entender que los vampiros según la cultura popular para convertirse debe ser mordido y beber la sangre del progenitor, pero lo mío fue un hechizo, no sé si eso me hace especial. Además mi corazón aún late. Coloca la mano de Elena sobre su pecho y ella siente las palpitaciones.
-¡Asombroso!
-También sigo ingiriendo alimentos, me da apetito, pero lamentablemente la sangre es parte de mi dieta, sin ella me debilito.
-¿Sientes frío?
-No, lo cual agradezco, de lo contrario me hubiera congelado aquí.
-¿Y por qué la colcha?
-Uno nunca sabe cuándo puede ser de utilidad.
Ambos sonríen.
-El libro tenía fecha de 1470, es decir que tienes 545 años.
-No, estás interpretándolo mal. Es mucho más antiguo. 1470 es un código, 14 es la página, y 70 el número de hechizo, el que hay que leer para convocar al Ángel. Cada conjuro viene enumerado. Y si te interesa mi edad real tengo 560 años.
-Wow, si que eres viejo. Ambos sonríen.
-¿Y a que te refieres con invocar al Ángel?
-Elena ni siquiera yo puedo vencer a Astargon, sólo un ser celestial puede enfrentarlo.
-Pero tú eres el Enviado, no se supone que seas....Elena recuerda la pintura. -No comprendo.
-Se convoca al espíritu del ángel, no al ángel en sí, él poseerá al cuerpo del Elegido y con sus poderes luchará contra el demonio.
-¿Y él Elegido eres tú?
-El Elegido deber ser el Guardián del libro, ambos lo somos, bueno al menos lo fui alguna vez, a cómo puedo ser yo, puedes ser tú, el ángel es el que escogerá al final.
-Oh no, no, no dice Elena levantándose de la silla y caminando de un lado a otro. Quieres decir que.... Yo.... Esto no me puede estar sucediendo.
-Elena cálmate, me mareas.
-!Que me calme¡ exclamá furiosa, acabas de decirme así sin más que yo puedo ser la que luche en contra de ese demonio.
-No es seguro.
-¡NO ES SEGURO! Repite ella notablemente alterada. No lo resisto, no puedo, yo....
-"Elena" Andrew trata de acercarse.
-No des ni un paso más. Esto es una locura, oh por Dios, no me siento bien.
-Elena, mírame. Andrew se encontraba casi al frente de ella. Mírame, repite. Ella insegura lo vuelve a ver. -No tengas miedo, no creo que seas tú, le dice para tranquilizarla, pero él sabe que tiene mayores posibilidades de ser elegida que él ya que el ángel buscará la pureza del corazón.
-De verdad lo crees, contesta ella entre sollozos.
-Claro, lamento haberte asustado, ven. La jala de la colcha encerrándola entre sus brazos. Todo estará bien, le dice, mientras en su interior se siente culpable por mentirle.
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El Secreto de la Mansión Holmes
Mistero / ThrillerDespués de la inesperada muerte de su madre, Elena debe ir a vivir con su papá, un hombre que no ha visto en 10 años. Al hacerlo se ve envuelta en una serie de eventos paranormales que encierra la Mansión Holmes y que está fuertemente ligada con el...