CAPITULO 18

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Elena meditaba lo dicho por Andrew, lo que creyó ver la otra noche y se dispuso a averiguarlo, pese a las advertencias del muchacho. Se abrigó bien, cogió una manta, sacó los binoculares nocturnos que le regalara su mamá el último diciembre a insistencia de ella, con el pretexto de que uno nunca sabía cuándo pudieran ser útiles, recordó como Lilli trato de disuadirla pero cuando ella tomaba una decisión era definitiva. Se entristeció al recordar a su mamá, alejó el sentimiento y se escabulló por una de las ventanas. Como experta escaladora subió hasta llegar a la azotea. Andrew le dijo que no saliera, no mencionó nada de subir.

Se ocultó y esperó, las horas fueron pasando sin que nada sucediera, primero la embargó el aburrimiento, se envolvió mejor en la manta ya que el frío le calaba en lo más profundo.

Empezaba a dormirse cuando escuchó lo que ser parecía un gemido que hizo que se le pusiera la piel de gallina. Se asomó con cuidado, la noche se encontraba igual de clara que la anterior y pudo notar como una persona caía de rodillas. Con los binoculares enfocó la figura y sorprendida reconoció a Cameron, ¿Qué hacía a esas horas de la noche fuera de la mansión? Siguió observando y su respiración se cortó cuando el cuerpo de Cameron empezó a cambiar, enfocó mejor y vio como la ropa se hacía trizas mientras que su cuerpo aumentaba de tamaño, las piernas tomaron la forma de patas, sus manos en afiladas garras, su cabeza se alargó y puntiagudas orejas hicieron su aparición, junto a un hocico que dejaron mostrar unos filosos dientes y colmillos, poblándose su cuerpo de abundante pelo. Elena había visto esa criatura en las películas, leído sobre ellos en los libros, pero era la primera vez que veía uno, su padre se transformó en un "Hombre Lobo".

La bestia aulló a la luna y rápidamente se alejó brincando el muro, creyó que iría al castillo pero se desvió hacia el otro extremo. Aún aturdida se quedó unos minutos mirando al vacío, al reaccionar sacó el celular de su bolsillo y con las manos temblorosas texteo:

Elena: Andrew mi padre es un maldito perro lanudo.

Creyó que no recibiría respuesta hasta la mañana por la hora, pero ésta no tardó en llegar

Andrew: ¿Perro? ¿Qué haces despierta a esta hora?

Elena: Lo mismo podría decir de ti.

Andrew: Explícame lo de tu papá.

Elena: No estoy segura pero creo que es un hombre lobo.

Andrew: ¡Elena! ¿SALISTE?

Elena: No me levantes la voz, no salí estoy en la azotea.

Andrew: ¿Qué demonios haces en la azotea? Está helando afuera.

Elena: Sólo quería comprobar mi teoría.

Andrew: Tendré que amarrarte a tu cama para que hagas lo que se te dice.

Elena: Tendrías que venir y NO PUEDES.

Andrew: No me tientes.

Elena: Volviendo al tema de Cameron, se transformó ante mis ojos en esa cosa, me asusté mucho.

Andrew: Lo lamento, los demonios muchas veces se convierten en esa clase de seres, te lo dije es luna llena.

Elena: Pero he visto cómo cambia y no era necesariamente luna llena.

Andrew: Él puede cambiar de forma cuando quiera pero en luna llena su poder se incrementa, regresa a tu habitación y QUÉDATE AHÍ.

Elena: Ok, que gruñón.

Espero respuesta pero el mensaje nunca llegó, como pudo trató de bajar con tal mala suerte que su pie resbaló y se fue de espaldas cayendo en un montículo de césped. Jürgen había cortado el zacate esa tarde pero lo recogió en un puño, lo que agradeció de lo contrario se hubiera hecho daño.

Se incorporó, ahora ¿Cómo entraría a la mansión? pensó en escribirle a Andrew pero se enfadaría con ella así que desechó la idea. Rodeo la mansión mientras se abrazaba tratando de entrar en calor, de verdad que hacía frío, llegó a la puerta principal y trató de abrir pero estaba cerrada, si tocaba el timbre posiblemente Jürgen o Susanne le abrirían, estaba a punto de hacerlo cuando un escalofrío le recorrió la columna, sintió una pesada respiración detrás de ella y se quedó petrificada al dar la vuelta y ver a Cameron transformado en aquella bestia observándola con aquellos ojos negros. Le gruñó y se acercó aún más, Elena temblaba pero esta vez no era de frío sino del terror que se apoderaba de ella, se hizo hacia atrás hasta chocar contra la puerta.

Ella notó que su hocico se encontraba manchado de sangre al igual que su pecho y garras. Pensó que sería su fin, al menos le entregó el libro a Andrew. "Andrew" no lo volvería a ver, cerró los ojos y espero la muerte.

Así se mantuvo unos segundos hasta que sólo se escuchó su propia acelerada respiración, abrió los ojos despacio y se dio cuenta que se encontraba sola. Comenzó a tocar la puerta y el timbre con insistencia hasta que una adormilada Susanne la dejó entrar. Elena la abrazó con fuerza, tanto que casi la tumba.

-Señorita Holmes ¿Qué hacía afuera?

-La pregunta del año eh. _Contesta Elena entre sollozos.

-Oh Elena, en que nuevo lío te metiste ahora.

-En uno muy grande Su. Oh al fin me dices Elena.

La anciana la mira con cariño y ambas se dirigen hacia la recámara de la joven.

El Secreto de la Mansión HolmesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora