Capítulo 9

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No se donde saqué la valentía de decidir empezar con ese tratamiento y decírselo a Derek, es por que eso que ahora me encuentro de pié frente a su edificio, escondo mis manos en los bolsillos de mi saco gris, subo en el ascensor y me planto en frente del escritorio de Lola, me sonríe y me dice que Derek está ocupado y que en breve estará libre.

— Lola, llama a...

Se interrumpe cuando me ve, me mira de arriba abajo, por una milésima de segundos parece sorprendido pero se recompone volviendo a ser ese hombre frío y calculador. Con un movimiento de cabeza me ordena que pase, tomo una bocanada de aire y entro, camino hasta el centro de su despacho, cierra la puerta detrás de mi, se acerca a mi y se para a un centímetro de distancia.

— recuerdo el día en que nos conocimos...recuerdo que en las horas que me obligaste a subir a esos juegos en el parque, yo no paraba de pensar en como sería besarte — susurra.

Con el dedo pulgar acaricia mi labio inferior, con la otra mano me coge del cabello y tira obligándome a echar la cabeza hacia atrás, sus pupilas están dilatas de deseo, baja su mano hacia mi cintura y tira de mi cortando el escaso espacio que nos separaba, como yo hice en el despacho de mi padre, pasa la lengua por mi labio superior y después por el inferior, tentándome, pega su frente contra la mía, cierro los ojos y disfruto de su cercanía.

— cobarde...así te defino. Por irte sin tener el coraje de decir, adiós. Por creer que no me importó. Por llevarte mi esencia. Corbarde por dejarme sin tu amor, ese que juraste darme.

No tengo idea como reaccionar a sus palabras, está claro que aún está resentido por que descubrió que está casado y su supuesta mujer simplemente lo abandonó, la verdad aún no entiendo la verdadera razón por el cual le fui sin decirle un misero "adiós", despedirme no era una opción, ¿o sí?.

— sabes...toda mi vida he estado rodeada de personas, pero siempre me he sentido sola, hasta que llegaste tú...estaba enfadada con el mundo...hay muchas cosas que no sabes de mi y no necesitas saberlo...tampoco te voy a decir que me arrepiento de haberme ido porque la verdad es que no me arrepiento, tampoco te voy a decir que quiero me acompañes y estés conmigo en esas dolorosas sesiones para curarme del cáncer, porque la verdad es que no te quiero ver ahí...

Dicho eso, giro sobre mis talones y me voy sin mirar atrás, la lágrimas se me escapan y las seco antes que alguien se de cuenta que estoy llorando. No debí haber ido, no sé que hacer, no quiero ir a casa por que temo que mi hija me pregunte sobre lo que escuchó el otro día, desde ese día no he vuelto a casa, me estoy comportando como una niña asustadiza, no estoy preparada para decirle que Derek es su papá y él no ha tocado el tema conmigo, y tarde o temprano tendremos que sentarnos los tres a hablar, honestamente prefiero temprano que tarde, así no me como la cabeza y no me gusta ocultarle cosas a mi hija.

Doy la vuelta y vuelvo al edificio de Derek. Subo en el ascensor, a medida que voy subiendo, analizo bien mis palabras, las repito una y otra vez en mi casa. De repente las puertas se abren y aparece Derek cogido de la mano de una mujer, de mi tamaño, blanca, cabello pelirrojo y corto, labios gruesos y rojos, ojos color verdes, cuerpo de reloj de arena, viste con un vestido negro hasta las rodillas que acentúa sus exuberantes cuervas. Derek me mira sin saber que decir, se suelta de la mano de ella.

— vas a bajar?— pregunta mirándome de arriba abajo.

Asiento, doy un paso hacia atrás para que pasen, éste en el momento mas incómodo de toda mi vida, el aire es denso, se puede cortar con cuchilla.

— cariño, ya le dijiste a Dylan que hable con esa amiga suya?...esa que tiene su empresa de seguridad —le dice con la voz mas chillona que he oído en mi vida, a la vez que se arrima colgándose de su brazo.

El amor es....(ADDD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora