POV ALEX.
A la mañana siguiente, me desperté temprano, la sensación de la pesadilla aún persiste en mi mente. No recuerdo los detalles, pero sé que fue una de esas que me dejan drenada, con lágrimas en los ojos y el cuerpo empapado en sudor. Mi corazón late de forma desbocada, así que decido salir a caminar para calmarme. Me prometo regresar antes de que mi hija despierte, necesito liberarme de esta extraña sensación.
Después de una ducha rápida, me pongo un vestido blanco sin tirantes que me llega justo por encima de las rodillas, unas sandalias y me maquillo de manera sencilla. Bajo las escaleras y salgo sin un destino fijo en mente.
Al caminar, mis ojos se posan en una cafetería frente a mí: Café Sabarsky. Mi corazón se encoge al instante al recordar este lugar, el sitio donde Derek y yo nos conocimos, donde me pidió matrimonio, con el personal como testigos de todo. Algo inexplicable me impulsa a entrar. Me siento en una mesa vacía junto a la ventana de cristal, esperando a que el camarero se desocupe para que me atienda.
No esperaba ver a Derek en esa cafetería, y mucho menos que reaccionara como lo hizo cuando nos encontramos. Fue... extraño, pero al mismo tiempo, se sintió tan bien estar allí con él, compartiendo una taza de café, como si nada hubiera cambiado, como si no estuviéramos atrapados en una maraña de recuerdos y mentiras.Hasta que mencionó lo del hospital.
Eso me dejó sin palabras por un momento, una punzada de incomodidad me recorrió al instante. Había intentado apartar ese recuerdo, esconderlo donde nadie pudiera alcanzarlo, pero Derek lo sacó a la luz tan casualmente, como si no tuviera idea del daño que podía hacer. Me hizo pensar en todo lo que había pasado, en la versión que él tenía de los hechos, y cómo yo había desaparecido de su vida de un modo tan definitivo que parecía casi imposible volver a encajar en ella.
Me decepcionó un poco, honestamente. Pensé que tal vez, solo tal vez, las cosas serían diferentes entre nosotros, que habría algo de lo que pude haber esperado. Pero sus palabras me hicieron recordar cuán profundo había sido el corte, cuán imposible se había vuelto la conexión real entre los dos. Las sonrisas que compartimos en la cafetería parecían ahora vacías, sin un verdadero entendimiento detrás.
Y, sin embargo, no podía evitar sentir ese eco en mi pecho, esa atracción que todavía no lograba entender completamente. ¿Por qué me sentía así? ¿Por qué después de todo lo que había pasado, aún había algo que me atraía hacia él?
Quizás lo peor de todo era que ni yo misma tenía la respuesta
(...)
— Mamá, cuando sea grande, ¿esto será mío? — pregunta Leah mientras gira la silla de mi despacho.
Hoy decidí traerla porque quiero que entienda desde pequeña cómo funcionan las cosas aquí. Ella heredará toda mi fortuna, así que es importante que se familiarice con este mundo desde ahora. Ya hablé con Evans, mi abogado, y he hecho de Leah la única heredera de la fortuna Hunter, y no es poca cosa.
— Sí, cariño — le respondo con una sonrisa.
Aunque Leah se parece más a su padre físicamente, con el mismo color de cabello y ojos, también tiene algo de mí. Tiene mi carácter. A pesar de su corta edad, no deja que nadie la intimide. Cree firmemente en la justicia y en lo que es correcto. Es tímida, pero a la vez tiene un coraje que me sorprende.
— Disculpe, señora, el señor Black de Black Industries desea hablar con usted — me informa Tyler, abriendo ligeramente la puerta.
Antes de que pueda responder, Derek ya está dentro, ignorando a los presentes. Se acerca a mí con paso firme, claramente molesto. Su mandíbula está tensa, y sus puños están apretados con tal fuerza que los nudillos se le ponen blancos. Me levanto de la silla en la que estaba sentada, mirando los colegios en los que podría inscribir a Leah. Abro la boca para recibirlo como la empresaria que soy, pero él se me adelanta y dice lo que jamás creí volver a escuchar, lo que nunca pensé que sabría de memoria.

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El amor es....(ADDD)
LosoweDespués del intento de asesinato que casi le cuesta la vida, Derek logró sobrevivir... pero no salió ileso. Algo mucho más valioso que la sangre se derramó ese día: sus recuerdos. Las memorias que guardaban su historia con Alex, el amor de su vida...