Me vendió por un puñado de billetes, eso era lo que significaba para él, dinero.
Desperté en la parte trasera de una camioneta, habíamos parado y ni siquiera me había encerrado en una jaula.
Aquel inepto comprador pensó que los sedantes podrían conmigo durante todo el viaje, no sabía lo acostumbrado que estaba a ellos.
Señor, gracias a ti conseguí la libertad.
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Un trozo de tu felicidad
Short StoryA pesar de no ser más que una fiera, me diste la oportunidad de cambiar