23.Enjaulado

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Esa noche no dormí, los brazos de Morfeo también estaban enfadados conmigo.

Sentía que me habías traicionado al llevarme a ese lugar.

Lo que no sabía era que tú necesitabas rellenar ciertos papeles y reconvencer a tus padres, por lo que esperaste un par de días.

Pensaba que me dejarías en aquella jaula.

Que no volverías.

Un trozo de tu felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora