Esos días me recordaron a los viejos tiempos.
Jack me recordó, dijo que era el único labrador que conocía que tenía la oreja izquierda con un pequeño corte.
Me confesó que dejó de verme debido a que tenía que venir a estudiar aquí.
Y que, cuando fue a verme en verano, yo ya no estaba.
Me hizo feliz saber que no dejó de verme por mi culpa.
Amor, Jack sabe que ahora soy bueno por ti.
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Un trozo de tu felicidad
Short StoryA pesar de no ser más que una fiera, me diste la oportunidad de cambiar