Llegó el día de irte a la capital, tenías que instalarte en tu nuevo piso antes de que comenzara el curso.
Mamá lloraba y se preguntaba que haría sin su pequeña.
Daniel sonreía dandote ánimos, aunque él te extrañaría.
Papá se mantenía firme, aunque anoche me confesó que temía que le ocurriese algo a su niña.
Y yo no sabia si estar feliz por irme a tu lado o hundirme por quedarme.
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Un trozo de tu felicidad
Short StoryA pesar de no ser más que una fiera, me diste la oportunidad de cambiar