Tardé en acostumbrarme a mi nueva vida, tú tambien.
Ambos nos levantábamos a las cinco de la mañana para ir a pasear y aprovechaste esa hora para correr.
Tuve que respetar algunas normas cómo la de dejar de beber del váter y parar de comer todo lo que tocara el suelo.
Amor, ninguna regla era lo suficientemente dura cómo para alejarme de ti.
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Un trozo de tu felicidad
Short StoryA pesar de no ser más que una fiera, me diste la oportunidad de cambiar