Me mirate por última vez y una idea cruzó tu cabeza, volviste a casa de un salto y saliste cargada de una gran bolsa.
Te sentaste en el asiento del conductor, abriste la puerta del copiloto y me gritaste.
-¡Corre antes de que mamá cambie de idea!
Al principio pensé que gastar bromas con los sentimientos del otro estaba feo.
Fue cuando tus esmeraldas me decían que subiera.
Juntos arrancamos, escuchando cómo mamá gritaba que yo te ocuparía tiempo de estudio, me aseguraría de no hacerlo.
Amor,no vuelvas a dejarme atras,por favor.
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Un trozo de tu felicidad
Short StoryA pesar de no ser más que una fiera, me diste la oportunidad de cambiar