Ese invierno te conocí, tu hermano y tú teníais un amigo frente a mi callejón.
Te observé, oculta tras capas de ropa o vestida de uniforme escolar resaltabas.
Desde la caja en la que dormía te olía llegar, era una mezcla entre frutas, vainilla y encanto.
Siempre fuiste perfecta.
ESTÁS LEYENDO
Un trozo de tu felicidad
Short StoryA pesar de no ser más que una fiera, me diste la oportunidad de cambiar