Cap. 3-¿Qué demonios hago ahora?

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30 de Abril de 2012

No sé como explicar esta sensación. ¡Llevo un mes con Trey!

Bueno, en realidad no me ha pedido nada. Seguimos como al principio.

Miro el reloj. Hoy es Miércoles.

-Mmm, las 11, hoy ya no llego a clase. -Dije. En realidad no tenía ninguna gana, ni ningún examen.

Yo no soy una chica que falte a clase, pero hoy lo necesitaba. Tenía un nuevo plan.

Trey venía a mi casa.

Mi padre, como ya sabéis, trabajaba, así que tenía pensado en pasar con él toda la mañana, y también hacerle la comida.

Me levanté a por el teléfono.

-¿Papá? Me quedé dormidísima, y no he podido ir a clase. No pasan más buses.

-¿En serio, Adel? ¡Pues ves andando!

Oh, oh. Suena enfadado. ¿Qué excusa me invento yo ahora?

-Pero papá, me duele mucho la tripa. Además anoche vomité, creo que no me encuentro nada bien.

-Está bien. Metete en la cama y descansa. Mañana iremos al médico. Hasta la noche, te quiero.

-Adiós papi, te quiero.

Menos mal. Esta vez me he salvado, aunque voy a procurar no ponerme mala de verdad durante un tiempo porque si no a papá no le va a gustar nada.

Recogí mi habitación, me puse algo decente que no fuera el pijama, y abrí la puerta, donde justamente llamaban.

Al abrir, lo primero que pude ver fueron esos ojos. Esos ojos verdes que penetraron en mí al instante.

-Hola, Adel. -Me sonrió.

Qué hoyuelos tan asdfgh.

-Hola, Trey. ¿Qué es eso? -Él llevaba una bolsa azul oscura en la mano.

Se rió como si hubiera dicho algo gracioso.

-¿Me dejas pasar?

Ay mierda, él aun estaba en la calle.

-Claro. -Me aparté a un lado haciéndole un gesto con la mano.

Fuimos al salón, y nos acomodamos en los sillones.

Trey me miró y me dio la bolsa.

La cogí, no pesaba. La dejé a un lado en el suelo.

-Mmm... -Trey levantó una ceja extrañado. -¿No vas a abrirla?

En realidad pensaba hacerlo cuando él se fuera.

-Oh, sí, claro.

La volví a coger. Vaya tonterías estaba haciendo para abrir la bolsa, pero de verdad que no podía.

-Adel, hay celo ahí. -Me dijo mientras señalaba.

Ah, y a quién se le ocurre. Adel estás quedando muy mal.

Había chocolate. Sí, chocolate con leche y lacasitos, chocolate blanco, chocolate de mil maneras.

Oh dios, me encanta el chocolate. ¡Qué genial!

Mi único impulso o más bien reacción fue ir corriendo a darle un abrazo.

(...)

Me encuentro en la cocina. Trey sigue en el salón.

Tengo que hacer la comida pero después de hartarnos a chocolate mientras veíamos Big fish, pues tampoco tengo mucha hambre.

Además, ¡yo no sé cocinar!

Sin batería #Parte1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora