Cap. 11-Llamo o no llamo...

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-¿Sí? -Su voz sonó con confusión.

-¿Marcos? Soy Adel. -Suspiré.

-Lo sé. ¿Qué quieres? -En realidad no tenía la más mínima idea de que decirle. ¿Extraño, verdad?

-Pues... -Tragué saliva. -Pues... -Volví a repetir.

-¿Pues...? -Lo noté tenso.

-Perdón, no quiero confundirte ni molestarte. -Volví a tragar saliva. -Simplemente no sé que decirte, para ser sinceros. -Él suspiró. -Solo que tenía la sensación de que debía llamarte, sí. Como que lo necesitaba.

-¿Es por Trey? ¿Ha pasado algo?

-¿Qué? ¡No! -Admito que me molestó que pensara eso. No le llamaba como segundo plato, ni por asomo.

-Vale, vale. Entonces, hablemos. -Su voz parecía mucho más relajada y alegre a la vez.

Hablé con él como durante una hora de la vida, de tonterías. No paré de reír durante todo ese tiempo, pero es que me sentía genial.

Entonces me quedé callada pensando en: ¿Y si a lo mejor se hace ilusiones por ello? ¿Cree que es algo más que amistad lo que siento ahora mismo?

-¿Adel? -Notó que no le respondía. Tras varias oídas de mi nombre dejé mi trance y respondí.

-Marcos, quiero dejar algo claro. -Mi voz se volvió seria. Adiós burlas.

-Dime.

-Yo estoy agusto con Trey. -Él no respondió, a lo que yo seguí. -Te quiero tener cerca de mí, como un amigo.

Tal vez las palabras que más duelan. ¿Pero qué os creéis? ¿Qué para quién las dice tampoco es difícil?

-No importa, Adel. Yo ya te dije lo que sentía por ti, y eso no va a cambiar. No de la noche a la mañana.

-¿Qué quieres decir?

No quería perderlo, por supuesto que no.

-Que si tú quieres que seamos amigos, lo seremos. Yo solamente quiero que seas feliz. Y si es con Trey, lo respetaré.

17 de Junio de 2012

¡Día de piscina!

Trey va a venir a por mí a casa e iremos a por Alizz y a la piscina municipal.

Sí, bueno, Alizz estará un poco sujetavelas, pero no, no dejaré que eso pase.

¡Voy a pasármelo bien!

*Nuevo mensaje de: Trey:)*

Trey:) : ¿Lista? Estoy ya abajo en el coche. Te espero.

Esta vez, no me dejé llevar por la emoción y bajé lentamente las escaleras. De verdad que no quería estar otra semana más con muletas.

Para mi sorpresa, cuando vi a alguien sentado en el asiento de copiloto, junto a Trey.

-¡Hola! -Saludó. -Soy Yoel. -Me guiñó el ojo.

No, no, y definitivamente no. Esto no puede estar pasando.

¿Qué hace ese maldito asqueroso en el coche de mi novio?

-Es un amigo mío, nos acompañará hoy. -Añadió Trey.

Mis ojos se abrieron como platos. No podía terminar de creerlo. Me temblaba todo el cuerpo de recordarlo, y no podía iniciar palabra.

Sin batería #Parte1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora