30 de Mayo de 2012
Ya es por la tarde. He quedado con Marcos para ir a merendar a un sitio que según él, hacen las mejores tortitas del mundo. Me acuerdo como esta mañana me dijo: -¡Esas tortitas son... Son... Lo mejor que he probado en mi vida! - Yo le veía con tanto entusiasmo...
Va a ser el último día que le vea en esta semana, ya que por la noche, me va a venir a buscar Marta para irme al pueblo con ella a ver a mi abuela, que hace mucho que no la veo.
¡Mierda, que voy a llegar tarde! ¡Adel date prisa que Marcos te estará esperando!
Salí corriendo de casa, como siempre que quedaba con él.
Llegué al parque justo a las 18:01.
-Llegas un minuto tarde. -Dijo en un tono burlón.
-Hola a ti también, Marquitos. -¿He comentado que odiaba que le llamaran así?
-No seas tonta. -Se acercó a mí rápidamente y me plantó un beso.
Era tan tierno...
Me cogió de la mano y fuimos camino al lugar misterioso de tortitas.
Él iba mirando las nubes.
-¿Qué miras? -Pregunté extrañada.
-Me estoy imaginando nuestro futuro juntos.
¿Cómo? ¿Casándonos? ¿Con hijos? ¿No es muy precipitado pensar en eso?
-¿Y qué imaginas?
-Pues a ti, con esos ojos grandísimos despertándome por la mañana mientras me traes el desayuno a la cama.
-Uy, pero que machista, me lo traerás tú. -Repliqué con mi orgulllo feminista por delante.
-Está bien, pero tú me esperarás entre los cojines con un sexy conjunto puesto.
Me sonrojé tanto que me podrían confundir con un verdadero tomate.
-¡Marcos! -Le grité. -Ni se te ocurra imaginarte eso.
Él se rió de mí, de mi actitud. La verdad es que a mí me hacía mas gracia su risa, y no pude evitar reírme.
Llegamos al establecimiento. Era monísimo, para que mentir.
Las tortitas estaban buenísimas, Marcos no exageraba.
Pasé una gran tarde con él, lo malo fue la despedida.
-Noooo, no te vayas al pueblo Adel.
-De verdad, que tonto estás. Sólo son un par de días. El Lunes te veré en el instituto otra vez. Agggg... -Vacilé.
(...)
Imagináos la situación. Yo con mi madre en el asiento del copiloto mientras ella conduce.
Las dos llevamos un buen rato de camino. Y no hablamos. Lo único que hago es estar apoyada mirando por la ventana o cambiando la radio cada vez que se oye mal.
Aún nos queda una hora. No sé si voy a aguantar así. Aunque tampoco quiero hablar con ella.
Entonces, ¡BUUUUUM!
Preguntó lo que no tenía que preguntar.
-Bueno Adel, no me has contado nada aún. ¿Tienes algún novio por ahí?
La miré mal.
-¿De verdad, Marta? ¿Eso va a ser lo primero que me vas a preguntar?
-¿Pasa algo? Ya sé que no te hace mucha gracia este finde, pero vamos a llevarnos bien.
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Sin batería #Parte1
Teen FictionY es que el problema es, que pensamos y queremos que todos sean nuestro para siempre. La persona con la que estemos el resto de nuestra vida. ¿Y si aparece alguien que te rompe todos tus esquemas? La persona que jamás imaginarías y por la que haces...