-¿Adel? ¿Qué demonios te ha pasado?
-Pupupu-edo pasar...? -Pregunté entre sollozos. Estaba lloviendo y me había calado entera.
-Claro, mis padres se han ido con mi hermana a casa de mis tíos. Pasa. -Se echó a un lado señalándome con el dedo al sofá.
-Lo sé. -Pasé mojando el suelo por cada paso que daba. Me di cuenta y lo miré.
-No te preocupes, lo limpiaré luego. -Parece que me entendió. -Voy arriba a por ropa de Alizz.
Tras un cambio de ropa, una toalla y una taza de chocolate caliente, le conté todo lo sucedido.
Estaba sentado a mi lado. Se acercó más y me acarició la mejilla morada. Me dolía bastante.
-¡Auch! -Me quejé nada más rozarla.
-Perdón, perdón. -Me puso un paño con hielo.
-Marcos... -Le miré a los ojos. Tragué saliva e intenté continuar. -Creo... Creo que tenías razón.
Juntó las cejas con cara de confusión. -¿A qué te refieres?
-Tal vez... Tal vez elegí mal. -Me encogí de hombros.
-No pienses ahora eso. -Me besó la frente. Cerré mis ojos. Quería notarlo en mis labios.
¿Qué estás diciendo, Adel? ¿Estás loca?
-Te prepararé una cama y dormirás aquí. Llamaré a tu padre y le diré que te quedas con Alizz.
19 de Junio de 2012
Me desperté oliendo a tortitas. Bajé las escaleras y allí estaba, de espaldas.
-Buenos días. -Bostecé.
Se giro hacia mí, y no podía creer lo que veía. Marcos estaba casi o más definido que Trey.
-Buenos días. -Me besó la mejilla. -Te he hecho tortitas, mis preferidas. -Me sonrió.
Su sonrisa era tan... Tan... Indescriptible.
-¿Adel, estás bien? -Chasqueó los dedos por mi cara, hasta que me desperté de mi trance.
-Sí, sí. -Afirmé sonrojada.
Él notaría mi rojo tomate. Me moriría de vergüenza si fuera así. ¡Y claro que lo era!
(...)
Marcos se aclaró la garganta y se acercó a mí.
-¿Te gustan? -Refiriéndose a sus tortitas recién hechas.
Afirmé.
Se acercó aún más a mí haciendo que nuestros alientos se mezclasen. Notaba como él respiraba con más dificultad. Yo seguramente estaba otra vez con la cara teñida. Miraba mis labios, se lamía los suyos.
Oh dios, bésame ya.
¡No, no y no!
Cállate subconsciente, ahora no tienes razón.
Sí, sus labios se acercan a los míos. Por fin voy a notarlos, tan carnosos como son, junto a los míos.
-¡Hola! ¿Hay alguien en casa? -Y chas. Justo antes de que me besara, una voz desde la puerta tenía que invadir toda la casa. Lo que hizo que Marcos se alejara rápido de mí.
Eran sus padres y su hermana.
-¡Estoy en la cocina! -Gritó él en modo respuesta. Un momento, ¿estoy? ¿No le dijo a sus padres que me quedaba?
Su padre fue el primero en entrar. -Hola Adel, no te esperaba aquí. -Si mi cara estaba roja, ahora debía de estar granate. Sí, me quería morir ahora mismo.
Pero peor fue cuando entró su madre. -Oye Marc... ¿Adel? ¿Desde cuándo estáis vosotros dos juntos? -¿QUÉ? ¡NO!
Marcos me miró. Parecía tan confundido con que decir como yo.
-¿Juntos? No mamá, Adel está con Trey, su novio. -Se oyó la voz de Alizz desde el pasillo. Como se notaba que ella aún no había entrado en la cocina, pero la quedaban segundos para hacerlo. -Por cierto Ad... ¡¿Qué demonios te ha pasado en la cara?! -Se acercó corriendo y me empezó a manosear.
-Me caí. -Fue lo primero que se me pasó por la cabeza.
-¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? -Estaba más nerviosa que yo.
-Alizz, déjala, estaba desayunando. No seas tan cotilla. -Oh, muchísimas gracias señora Collins.
-Esto no ha acabado. -Me miró desafiante y juguetona mientras subía escaleras arriba.
Esta chica nunca cambia.
Cuando por fin conseguimos quedarnos solos, Marcos se dirigió a mí. -Te ayudaré a buscar una tapadera, ¿o querrás decir a todo el mundo que ese golpe de tu mejilla te lo ha hecho él?
Y yo aún no me lo puedo creer.
-Me caí. Y ya está. -Una sonrisa salió de su boca.
-Ajá, y crees que te creerán. -Rodé los ojos y los puse en blanco. No tenía ganas de pensar. -Podrías decir que te tropezaste en el parque, y al levantarte un columpio te dio en la cara.
Entonces la risa salió de mí. -Muy rebuscado, ¿no crees? -Me reí un poco más.
-Cuanto más rebuscado más creíble. -Me guiñó un ojo mientras sonreía.
Me llevó a mi casa, por lo que conduciendo por el camino no pasó nada.
Al salir del coche me dio un beso en la frente y caminé hasta la puerta de mi casa.
Allá voy, por favor, papá, créetelo.
Nota de la autora: Os pediría que miraráis capítulos anteriores porque los estoy modificando, solamente en las fotos.
También quiero pediros disculpas por este capítulo tan corto a los que suelo hacer, pero estoy muy liada y no me da tiempo a nada. Por favor no me juzguéis por ello.
Y por último, tú que eres, ¿#TeamMarcos o #TeamTrey?
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Sin batería #Parte1
Teen FictionY es que el problema es, que pensamos y queremos que todos sean nuestro para siempre. La persona con la que estemos el resto de nuestra vida. ¿Y si aparece alguien que te rompe todos tus esquemas? La persona que jamás imaginarías y por la que haces...