*Capítulo 33: Hospitalizada*
(SILVIA)
-¿U-una hemorragia?-musitó Nico tan sorprendido cómo el resto de la sala.
Cristina se tambaleó y tuvo que apoyarse en Fer. La vista de Cristian, se apartó rápidamente de la del bebé y me miró expectante.
¿Una hemorragia? ¿De qué? ¿Por qué? No entiendo nada ¿Por qué siento un dolor tan intenso? ¿Por qué el olor a sangre caliente llega hasta mi nariz? ¡¿Y por qué se llevan a mi hijo?! Ni siquiera lo he visto, ni lo he tocado. ¡Maldita sea! No pueden quitármelo.
Miré mal, muy mal a la enfermera que cargaba a Iván, MÍ Iván. Debe dármelo, ¡tiene que dármelo! Si no lo hace, me levantaré de esta maldita cama y se lo quitaré de las manos. No tiene derecho a tocarlo, es mi hijo... mi bebé...
-Démelo...-susurré mirando las sábanas blancas que tapaban la mitad de mi cuerpo.
Una sensación extraña me recorrió todo el cuerpo, entrecerré los ojos, un tanto mareada.
-¡Sí, una hemorragia! Lo siento, debo pedirles a todos que se retiren. Enfermera. Llévate al niño a la habitación 87 y avisa urgentemente al doctor Cárdenas, debemos detener la sangre antes de que pueda pasar una tragedia-dijo Sonia muy seria, la enfermera asintió- ¡Ah y preparad varias bolsas de sangre AB positivo por si necesitamos realizar una trasfusión!
La angustia en los ojos de Cristian, Cristina, Nico, Fer y Kar me hicieron estremecer. Yo estaba bien, no había de qué preocuparse, y mucho menos angustiarse, lo único que deben hacer es entregarme a Iván y todo estará bien, muy bien...
-¡He dicho que me lo den! -grité ya un poco harta de que la atención en este dichoso hospital vaya tan mal.
Nico le quitó al bebé a la enfermera.
-Nico ¿qué haces?-la voz de Sonia retumbó en la habitación, todos estaban mudos, mirándonos a Nico y a mí simultáneamente-Tenemos que proceder inmediatamente, hay que parar el sangrado, anda, dame al bebé y...
-¡Shh!-la calló rápidamente, acercándose a mí, tendiéndome a mi hijo-ella necesita cargarlo, aunque sólo sean unos segundos pero lo necesita.
Miré a mi novio con una sonrisa débil, lloraba, Nico lloraba...
¿Por qué? Total, una hemorragia no es gran cosa ¿cierto? Sólo hay que parar el sangrado y hacer una trasfusión si se ha perdido demasiada sangre. Lo único malo es el dolor que me produce, me duele, y mucho, pero soy madre y debo mirar primero por mi bebé, por Iván, él me necesita, necesita mi calor y que lo cuide.
Cogí a mi bebé y lo miré detenidamente. ¡Hermoso! No hay otra palabra para describirlo. Comencé a llorar sin sentido acariciando sus suaves y blancas manitas. ¡Era la primera vez que lo veía! Está tan cercano a mí, puedo tocarlo, olerlo, acariciarlo, decir que al fin soy madre y que estoy muy orgullosa de ello...
Suspiré muy cansada.
Iván tenía los ojos cerrados, sus labios estaban apretados en una graciosa mueca, movía sus pies lentamente pateando el aire despreocupadamente. Gimió un poco y lo acuné con delicadeza, acercándolo a mi pecho, para que los latidos de mi corazón lo apaciguasen.
-Enfermera, coge al niño, ya ha perdido demasiada sangre, tenemos que intervenir-el médica repartió una mirada severa por toda la sala indicando la puerta.
-Iván... ¿sabías que tengo mucho sueño?-musité en apenas un murmullo. Me siento mal, cansada, apenas me llega aire a los pulmones, tampoco siento los latidos de mi corazón-me quedé con la mente en blanco, aunque con una imagen fija de Iván y su fina cabellera de oro muy al fondo, dándome una agradable sensación de tranquilidad-Quédate con tu papá, él te cuidará siempre que yo no esté...-intenté sonreír pero fue en vano, mi cuerpo no respondía mis órdenes, sólo me exigía descanso, un descanso muy, muy largo...
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Embarazada a los 16 (Editando...)
Teen FictionSilvia, una chica estudiosa, tranquila y a la vista muy seria, se derrumba cuándo su novio Greg, sólo juega con ella. Después de eso, cambia completamente, mantiene sus buenas notas pero su personalidad es de arrogancia, pasotismo, rebeldía y jugar...