Capítulo 9: Te quiero... (EDITADO)

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(SILVIA)

     Estoy algo sorprendida. ¿Qué demonios ha pasado? Y lo peor ¿qué les pasa a estos dos?

     Nico me mira con ternura y Greg…

     ¿Greg?

      ¡¿Qué, cómo?!

      Me levanté de la cama de golpe, caí hacia atrás, Greg se precipitó a agarrarme y me solté de malas formas.

     —¡No me toques!—grité escondiendo mi cara en el pecho de Nico que miraba con burla a su primo.

     —¿Estás bien amor? —me preguntó Nico jugando con mi pelo, asentí lentamente.

     —Quiero irme de aquí, necesito volver con Cris…—musité  mirándolo a los ojos y ignorando por completo a Greg.

     —¿Cris? —Greg alzó una ceja, aguanté las ganas de reír.

     Seguro que piensa que Cris es un chico, me mordí la lengua.

     —Sí, vámonos, creo que…—dirigió una mirada sarcástica a Greg—ya has pasado por suficientes cosas en este lugar…—me dio un beso corto en los labios.

      Greg carraspeó, molesto.

     —¿Y podré viajar? No es la primera vez que me da un mareo por el bebé—dije algo preocupada mirando mi vientre.

     —Tranquila, he ido con el médico y me dijo que todo está bien, pero si quieres podemos esperar hasta mañana…—sonrió.

      Negué con la cabeza.

     —¡Ni loca me quedo aquí un día más!— dramaticé el gesto asqueado de mi rostro.

     Agarré la mano de Nico y salí por la puerta.

      Greg corrió a nuestro lado.

     —Silvia… no te vayas, me gustaría hablar contigo…—susurró con una cara de tristeza que…

     ¡Que se la crea su madre!

    — Pero yo contigo no—respondí cortante.

     —Pues me voy contigo—replicó muy seguro de sus palabras.

      Nico lo miró enfadado, Greg me sonrió.

     Frené en seco.

     —¿Qué tú vas a qué? —le espeté asombrada.

     —Me voy contigo a esa universidad, en realidad es por eso por lo que estoy aquí, arreglando todo con mis padres. La verdad es que fue una casualidad encontrarte—sonreí. 

     Bufé y continué el paso.

      Algo me atrajo hasta un cuerpo grande y protector.

     Nico me agarró por la cintura, negándose a soltarme y posando suaves besos sobre mi cuello. Me agradaría esta situación… si no fuese porque…

     ¡Por el amor de Dios!

     ¡Si está medio hospital mirándonos!

     —Nico…—dije suavemente, ligeramente sonrojada.

     Greg bufó y salió del hospital soltando maldiciones por lo bajo.

     —¿Sí? —preguntó sin dejar mi cuello.

Embarazada a los 16 (Editando...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora