Embarazada a los 16 (Editando...)

Capítulo 3: No me siento bien... (EDITADO)

 

 

 

(SILVIA)

     Cuándo me desperté me dolía algo la cabeza, me giré en la cama y tropecé con algo.

     Abrí los ojos lentamente, sin muchas ganas y vi una silueta masculina a mi lado, pestañeé varias veces tratando de verlo bien, no lo daba reconocido. Me quedé de piedra  cuando vi a Nico a mi lado.

     Por poco y me echo a llorar ahí mismo.

      No… no puede ser. Él no… ¿Por qué tenía que ser él? No me lo puedo creer, lo que hace el alcohol, en mis plenos cabales jamás me habría acostado con él.  Es increíble…

    —Hola linda…—me dijo comenzando a despertarse, me levanté de un salto, quitándole la sábana y rodeando mi cuerpo con ella para que no me viese. Cogí mi ropa que estaba tirada por el suelo-¿Qué haces?-me preguntó sorprendido.

     —Me voy a vestir ¿es que no lo ves? —le dije cortante y encerrándome en el baño.

 

(NICO)

     ¿Por qué? No entiendo porqué me habla así, tan cortante, tan fría, si supiera lo mucho que yo la quiero…  No sé,  algo me dice que se va a ir y no volveré a tener una oportunidad con ella. ¡Dios! Si es que soy un estúpido…

     Silvia salió del baño, y tras dedicarme una mirada hostil, salió de mi habitación. Me puse el pantalón vaquero rápidamente y salí corriendo de allí,  sin camiseta ni nada para alcanzarla.

     —¡Silvia! —grité en un intento por frenarla.

     Me miró con  una pizca de nostalgia en la mirada que eclipsó con una mirada neutra.

     —¿Qué quieres? —preguntó cruzándose de brazos y mirándome cansada.

     —No te vayas…—musité, ella alzó una ceja.

     Vale,  podría haber dicho algo mejor. Eso ha sonado muy poco original, y para nada convincente.

     —¿Por qué no debería irme? —su expresión rebosaba curiosidad  y sus ojos desprendían un brillo especial.

     —Pues… yo…—mi voz se extinguió por los nervios.

     ¿Qué decirle a la chica de la que estás enamorado en un momento así?

     Suspiró y me miró desilusionada ¿acaso esperaba algo?

     —Mira, no creas nada extraño ¿sí? Esto funciona así: Un finde estoy con uno, luego con otro y luego me voy ¿entiendes? Siempre me voy, no es ni por ti, no es nada personal, es por mí—dicho esto, se dio media vuelta y se fue a paso ligero hacia su casa.

      Me sentí extraño, no me gustaba eso de que estuviera con muchos, no ahora que al fin había estado conmigo… Pero, ahora que lo pienso ¿se iba a ir andando?

     —¡Espera! Te llevo al menos, es temprano para irte andando—me coloqué a su lado y la miré sonriente. Ella se encogió de hombros y suspiró de nuevo.

     —Son las once de la mañana, asique muy tarde no es pero en fin, si pudieses llevarme te lo agradecería— cedió al fin con una leve sonrisa.