Embarazada a los 16 (Editando...)

Capítulo 34: ¿Esto es...?

*Capítulo 34: ¿Esto es...?*

 

(SILVIA)

-¿Estás bien?-Nico se acercó a mí y me miró preocupado.

Pasé de su mirada y seguí mirándolo a él, a mi hijo, a Iván. Definitivamente, ese azul turquesa no es de los que se olvida tan fácilmente, tengo que corroborar esta... inesperada verdad. Una verdad dolorosa, increíble, que simplemente, lo cambia todo, convirtiéndolo en una... pesadilla, y no es porque tenga algo en contra de ello, mi único problema es lo que eso significa. El gran riesgo que corre mi relación con Nico, mi futuro con él, nuestros planes de ser felices para siempre, se habrán ido al traste en tan sólo unos segundos.

-Cristian...-musité sin dejar de mirar a mi pequeño bebé, que bostezó en mi pecho, le acaricié las mejillas.

-¿Sí?-la sonrisa en el rostro de Cristian era de pura satisfacción, el lo sabía, al igual que yo.

-Yo... necesit...

-¡Hola chicos! -me cortó Sonia entrando por la puerta-¿Sabéis qué? ¡Silvia e Iván ya pueden irse a casa!

Nico asintió con una sonrisa radiante. Miré a mi alrededor, estaban todos allí, mis padres, mis primas, Greg, Cris, Fer, Cristian y Nico. Todos contentos y sonrientes, menos yo.

En realidad sí que estoy feliz, al fin tengo a mi bebé entre mis brazos, pero lo que se avecina ahora, simplemente no puede hacerme sentir otra cosa que no sea miedo e inseguridad.

¿Y si mis sospechas son ciertas y Iván no es hijo de Nico? ¿Y si no logra perdonarme? ¿Y si... me deja?

Suspiré intentando calmarme y ser positiva. A fin de cuentas, no sé si lo que creo es cierto o no, es posible que todo sean imaginaciones mías. Además, mi madre tiene ojos verdes, tal vez ha ocurrido algo... no sé, tal vez Iván tenga los ojos verdeazulados porque acaba de nacer y, es muy probable que pasados unos días recuperen su color original, el verde, cómo los de su papá, Nico...

Mi madre se acercó a mí y cargó a Iván. Mi padre se colocó a su lado y miró a su nieto con dulzura.

-¡Es precioso cariño!-exclamó mi madre mirándome orgullosa.

Sonreí ampliamente y bostecé. ¿Qué hora puede ser? No me puedo fijar en la luz que se filtra por la ventana, simplemente porque la persiana está bajada.

Karina y Viviana salieron de la habitación. No sin antes recibir un guiño de mi prima menor.

-¿Te traigo la ropa de recambio?-me preguntó Cris sonriente. Asentí lentamente, simplemente no tengo cabeza para nada, no sé dónde están mis cosas, ni donde están las de Iván.

-¡Bueno a ver!-mi madre me entregó a Iván, miró a mi padre, Nico, Cristian, Fer y a Greg con una sonrisa radiante-¿Acaso queréis ver a Silvia cambiarse?-les guiñó un ojo a los chicos.

Fer negó rápidamente, echándole una mirada fugaz a Cris, le sonrió y salió con mis primas fuera. Nico me miró esbozando una sonrisa, me sonrojé ligeramente. ¿Por qué me produce tanto una simple sonrisa por su parte? Llevamos mucho juntos, debería al menos, estar un poco acostumbrada a él, a todos sus rasgos, su forma de comportarse, pero no. Me sigue sorprendiendo con su simple humildad, es demasiado perfecto para mí. El simple hecho de que, tal vez, pueda fallarle y hacerle daño me provoca un dolor profundo, una huella en mi alma.

Greg se encogió de hombros y sonrió pícaramente.

-Por mí no hay ningún problema...-Nico y mi padre lo miraron fulminantemente. Greg soltó una carcajada-¡Era broma!-mi padre y Nico seguían serios-¡Oh vamos! ¿Es que acaso no sabéis pillar una simple e inofensiva bromita? Silvia ¿verdad que no te molestó?