Embarazada a los 16 (Editando...)

Capítulo 24: ¿Me caso?

*Capítulo 24: ¿Me caso?*

 

 (SILVIA)

Nico me hizo subirme al coche con él si decirme por qué, y encima, dejando a los chicos en casa ¿Qué pasaba ahora? Él conducía sin decirme nada asique decidí preguntar yo.

-Nico ¿Adónde vamos?-dije mirándolo fijamente.

-Al hotel, mi madre me llamó diciéndome que fuésemos los dos ahí para no sé qué cosa-dijo encogiéndose de hombros sin quitar la vista de la carretera.

Alcé una ceja extrañada y suspiré mientras dirigía la mirada al paisaje cargado de gente, coches, tiendas y edificios. Aparcamos en el aparcamiento del mismo hotel de la otra vez, espero que no sea nada malo lo que quieren decirnos mis suegros y si mi cuñada está ahí… ¡Madre mía! No tengo ganas de arruinar mi felicidad con mi pequeño Iván, Iván… ¿Bonito, no? Sí, sí que lo es, y lo bonito que será al nacer, añoro el momento de verlo, poder mirar su carita, cuidarlo y achucharlo, ver su primera sonrisa y oír su primera palabra, ojalá sea “Mamá” nada me haría más feliz, aunque, he oído que suelen decir primero “Papá” bueno ¡Soñar es gratis asique…!

-¿Vamos?-dijo Nico tendiéndome su mano e invitándome a entrar al hotel.

Tragué saliva varias veces antes de divisar la cabellera rubia de mi suegra, pero… había otra melena a su lado… castaña oscura, con ligeras ondulaciones en las puntas… esa silueta… ¿¡MI MADRE!?  Miré fijamente esa silueta a medida que nos acercábamos a la mesa, mi corazón comenzó a latir a mil por hora al ver a mi padre y a mi suegro hablando tranquilamente ¿Qué leches hacían mis padres con mis suegros? ¡No, no, no , noo…! Esto no me gusta nada, no puede ser nada bueno, estoy segura de ello…

-¡Silvia, hija!-dijo mi madre brindándome una ancha sonrisa, se levantó a darme un abrazo.

-Mamá ¿qué hacéis aquí?-pregunté extrañada por todo esto, en ese momento, se me acordó lo de la decisión del nombre del bebé.

-Bueno, eso es…-empezó.

-¡Da igual! ¡Ya le hemos escogido un nombre al bebé!-dije muy contenta.

-¿Ah, sí?-me preguntó.

-¡Claro! Ya te contaré cómo lo escogimos pero el nombre es precioso.

-¿Cómo le vais a llamar?-preguntó mi padre con media sonrisa.

-I…

-¿Ian? ¿Ithan? I.. ¿¡Ismael!?-dijo Elena cortándome el momento y haciéndome sacar una sonrisa, parecía una niña pequeña, con los ojos brillantes por la emoción  de querer descubrir algo y no poder aguantarte las ganas de saberlo pero, al mismo tiempo, retrasando el momento.

-No-dijo Nico acariciando mi vientre.

-Ah…-suspiró decepcionada.

-A ver decidlo ya que lo quiero saber-dijo Gustavo tan interesado cómo Elena.

-Está bien… mi-miré a Nico- nuestro “Principito” de llamará…-cuatro pares de ojos se posaron sobre mí, serios, brillantes, interesados, era mi momento, mi gran momento…

Estallé en carcajadas sin poder evitarlo, era muy cómico, en serio, cualquiera se hubiese reído, intimidado por todos esos ojos sobre ti. Todos me miraron incrédulos y les guiñé un ojo.

-Lo siento, es que… ¡Es tan gracioso!-dije antes de volver a estallar en carcajadas.

-Hija, por favor, compórtate-me dijo mi madre negando con la cabeza.