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Me quedé mirando mis manos mientras esperábamos a Harry y Louis. No sabía por qué él había reaccionado así ni que es lo que había pasado. Solo sabía quería volver a casa cuanto antes.
-Jane...-suspiró Niall, pasando su brazo sobre mis hombros.-¿Estás bien? -asentí con suavidad.- Esa cara no me dice lo mismo.
-No importa. -murmuré, pero ya no sabía si lo decía en serio.
Me pegó a su pecho y besó mi frente.
Jonas.-pense, recordando que mi amigo solía hacer lo mismo.
Harry entró al auto pero no pude mirarlo siquiera. Tenía la respiración agitada y se dejó caer en el asiento como si fuera una bolsa de papas.
Sin poder aguantarlo, abrí la puerta y bajé, rodeandome con mis propios brazos. Me detuve a unos pasos del auto y miré el cielo, imaginandome como el campo se extendía ante mi.
-Yo la llevo a casa.-dijo Liam y pronto lo escuché bajar.
Cuando sus brazos se cerraron en torno a mi no pude evitar pegar mi rostro a su pecho, comenzando a sollozar bajito. Siempre me había resistido a llorar frente a otras personas y no sé que es lo que ocurría en ese momento pero no había logrado evitarlo.
Sus brazos me presionaron con mas fuerza y sentí la puerta del auto cerrarse.
-Jane..-dijo Harry y parecía que en cualquier momento me arrancaría de brazos de Liam.
-Estoy bien.-susurré y mordí mi lengua.- No importa.
-Si, importa. -dijo él y me separó de Liam. No me atreví a mirarlo a los ojos.- Jane, perdoname. Por favor. Vamos a casa, ¿Si?-asentí y él me abrazó con fuerza.- Todo está bien. Perdoname, chiquita. Te quiero, ¿Si? No quería asustarte.
-Está bien, solo... no sé que pasó. -murmuré y él besó mi cabeza.
Subimos al auto pero él no me soltó y yo me pregunté por qué cambiaba tanto de humor.
Comencé a adormecerme y dejé de escuchar las voces de los chicos.

-¿Queres bailar?-preguntó Jonas y sonreí.
-No voy a acostarme con vos, Jonas.-dije, divertida y le di un trago a mi cerveza.
-Solo quiero que vuelvas a casa.
Fruncí el ceño confundida. Él me observó y su imagen comenzó a deshacerse.
-¿A dónde vas?-pregunté, asustada.
-Vos sos la que se está yendo.-dijo él y todo se volvió negro de golpe.
-Jonas,-dije asustada.- ¿A dónde estoy yéndome?
Nadie respondió mi pregunta y me encontré sola, en medio de la nada. Jonas no me respondería porque él ya no estaba.

No importa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora