No importa.

5

Unos brazos la tomaron y ella despertó. Miró al rubio de los ojos celestes con el ceño fruncido y se soltó de su agarre.
-Jane...-comenzó Harry, pero ella ya no lo oía, no quería hacerlo.
-Basta.-dijo al fin.- No me importa quien sos ni que parentesco tenemos. No me importa nada de lo que tengas para decirme. Se que no me queres acá y no entiendo para que me trajiste. No sos quien para darme órdenes y estoy cansada de tu voz. Solo quiero volver a casa.
-Ellos no son tu familia.
-Son mas familia mía que vos.-dijo exasperada y unos brazos la tomaron por los hombros.
-Harry, dejala un minuto.-dijo alguien a su espalda. Ella no se volteó, sabía que era el rubio.- Subí a tu habitación, nena.
Jane subió los primeros escalones pero se detuvo al marearse.
-¡No es de tu incumbencia, Niall!-escuchó que gritaba Harry.
-Es tu hermana y tiene razón.
Jane se sentó en el escalón con la cabeza entre las manos. Necesitaba comer algo o se desmayaría. Buscó en su bolsillo y comenzó a masticar un chicle. Al ponerse de pie, vio al chico se los ojos color miel que había visto al llegar. Este estaba mirándola desde lo mas alto de la escalera. Le tendió la mano y ella la tomó, poniéndose de pie. Musitó un "gracias" antes de meterse en la habitación. Se dejó caer en la cama y abrazó sus piernas para luego cerrar los ojos tratando de encontear la salida de esa horrorosa pesadilla en la que estaba sumida.
Pero no la encontró y, cuando la hora de cenar llegó, Harry la obligó a bajar. Se sentó a la mesa y la comida se sirvió. No miró a los demás que estaban en la mesa, solo fijó su vista en el plato y comenzó a revolver la comida con su tenedor.
Después de un rato, empezó a comer con bocados pequeños y se dejó caer en el respaldo.
No quería comer, no después de no haber conseguido papilla para su hermanito.
-Empezas a cansarme, Jane Styles.-dijo Harry.
-Mi apellido es Grifin. -masculló ella.
-No. Tu apellido es Styles.-dijo autoritario.
-Yo sé cual es mi maldito apellido.-estaba enojada y se notaba.-Genial, ahora necesito una cerveza.
-Sos muy chiquita para tomar.-dijo un moreno de ojos café al otro lado de la mesa.
-La edad es solo un número. Además, a mi papá no le molesta.
-Primero, él no es tu papá. -dijo Harry mirándola.- Y segundo, es un idiota.
-Vos sos un idiota.-dijo ella, poniéndose de pie.- Y él sí es mi papá. ¿Cómo podes ser tan...? Te odio. ¡Te odio!-gritó.- Te odio.-dijo ahora en un susurro y se apoyó en la pared.- Odio que Steve no esté pero estés vos.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y ella subió a la habitación. No quería pensar más. Quería volver a casa con su padre. Quería ver a Jason. Quería embriagarse hasta perder la conciencia.
-Creo que fui muy lejos. No quería que te pusieras así. -dijo Harry enteando mientras se frotaba la nuca.
-No importa.
-¿Por qué lloras entonces?-preguntó sentándose a su lado.
Puede que los chicos tuvieran razón. Puede que él se comportara como un idiota y ellos tuvieran motivos para enojarse.
Decidió que era tiempo de empezar nuevamente, ahora mas tranquilo.