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Harry se reusaba a apartarse de mi. Desde que habíamos vuelto del hospital no me dejaba ni un segundo. Me pusieron una muñequera y me dieron unos calmantes.
-Jane.-susurró y lo miré.- ¿Te duele?-negué.- Está bien.
Lo había preguntado varias veces en el tiempo transcurrido y yo solo esperaba que se tranquilizara.
En la cena, él cortó mi carne y, básicamente, hizo todo por mi.
Más tarde, me llevó a su habitación.
-Harry, -suspiré frustrada sabiendo que no lograría hablar con Liam a tiempo.- mañana... Hay una cita con el director.
-Está bien.-suspiró.
Creí que él lo tomaría mal pero no fue así. Me hizo lugar a su lado y me acosté, dejándome rodear por sus brazos. Otra vez me sentía desconcertada respecto a él.
-Te amo.-susurró contra mi pelo.- ¿Lo sabes? Sos lo más hermoso que tengo.
-Yo también te amo, Harry.-susurré, algo nostálgica por si actitud.- ¿Por qué estás triste?
-Porque... ¿Por qué llorabas?-fruncí el ceño.- Vos estabas acá, ¿No es así?
-No importa.
-Jane... te soy sincero, no quiero cámaras, personas siguiendote, gente hablando de vos. No puedo permitir que mis errores te corrompan. Además, seré egoísta, pero ya es demasiado con que te comparta con los chicos.
No quería preguntarle por mamá. Me permití hundirme en sus brazos y cerré mis ojos.
-¿Vos por qué estás triste?-preguntó.
-Porque vos estás triste.
Él ajustó sus brazos a mi alrededor y me besó las mejillas, la frente y la cabeza, haciéndome reír. Entonces una sonrisa también apareció en su rostro y nos quedamos mirándonos. No sé muy bien en que momento nos dormimos, pero puedo asegurar que ninguno de los dos estaba triste.

Por la mañana, salimoa juntos rumbo a la escuela. Caminé a clase y él se metió en el despacho del director. Esperaba que no quisiera matarme cuando saliera de ahí, realmente no sabía para qué lo habían citado.
Estuve todo el día mordisqueando mis uñas con nerviosismo y, al salir, me topé con Liam.
-Hola, preciosa.-dijo besando mi mejilla para luego abrir la puerta del coche.
-¿Sabes que le dijieron a Harry? -pregunté.
-Ya cuando lleguen a casa van a hablar.-dijo y me tomó la mano, mirando la muñequera.
-¿Va a matarme?
-No, preciosa. Nadie va a matarte.
Él detuvo frente a la casa y me miró, acarició mi mejilla y yo bajé la mirada. Tenía miedo de lo que le podrían haber dicho a mi hermano.
-Todo va a estar bien.
-¿Es porque me va mal en química? Juro que voy a mejorar mi nota.
-No tiene nada que ver con química.
-Pero Harry está enojado.
-¿Por qué lo decis?
-Porque no fue a buscarme.
-Yo quería ir a buscarte.-dijo acunando mi mejilla.- No está enojado, bonita.
Dudosa, bajé del auto junto a él. ¿Qué demonios le habría dicho el director a Harry?

No importa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora