15

228 20 2
                                    

Todo fue tan rápido, mis manos no habían dejado de temblar hasta que tuve que presionar el gatillo y como si la hija de puta tuviera un ángel de su lado, la bala dio a centímetros de su cabeza, quedado incrustada en el medio de la tierra. Me quede mirando su rostro de espanto sin quitarme los ojos de encima, llena de golpes, tierra, sangre y lagrimas.

Ya con la respiración calmada, el arma se salio de mis manos, el sonido volvió a mis oídos. Los sollozos de Charmaine fueron lo primero que escuche mientras que Jonathan me sacudía desde mis hombros, preguntándome que mierda acababa de hacer una y otra vez. Sacudí mi cabeza hacia los dos lados y ahora si, todo a la puta normalidad.

- ¿Qué mierda te pasa, Scarlett? - Grito Jonathan. Con el ceño fruncido mis ojos chocaron con los suyos unos segundos, mis manos se apoyaron en su pecho y lo empuje alejándolo de mi.

- Se lo merece está hija de puta - Dije entrando a la chosa.

Apago el motor del deportivo, me quito los lentes de sol y me decido a bajar del auto en frente de la mansión. Ya en frente de la puerta, buscando mis llaves, la puerta se abre de golpe haciendo que me de un pequeño sobresalto viendo con cara de pocos amigos a quien había abierto la puerta de esa tal manera, Alex.

- Scarlett... tu madre esta en la sala esperándote. Le dije miles de veces que no vendrías pero... creo que ha tenido suerte. Insiste en que quiere hablar contigo. - Sin reacción alguna voy con paso firme hacia la sala. Ahí se encontraba aquella mujer que lo único que hizo fue parirme. Me quede parada en el medio de la sala sin quitarle la mirada de encima. Estaba con un vestido negro hasta las rodillas y tacones rojos que combinaban con sus labios del mismo color y su larga melena rubia se movía al paso que ella daba mientras se acercaba cada vez mas a mi a darme en abrazo.

-¡Scarlett, hija! - dice en un intento de darme un abrazo, pero me alejo dando solo dos pasos hacia atrás - ¿Como has estado? - Pregunta con un sonrisa que se nota a kilómetros que es falsa.

- ¿Qué mierda quieres? - Fue lo único que salio de mi boca.

- Hace unos días hable con Dixon y me dijo que tu padre murió hace unas largas semanas ya. Como fui su esposa por seis años supongo que tienes algo que debe de ser mío- Dijo con arrogancia. ¿Quien mierda se cree? Todo lo que tenia mi padre es mio y hay papeles que lo comprueban. Que no me joda.

- Escucha Diane - Solté un largo suspiro, ya estaba perdiendo la paciencia. - Todo lo que él tenia ahora es mio, el puto papel de la herencia lo dice. Dos meses tarde te acordaste que mi padre esta muerto. Ademas no metas a Dixon en esto, él estuvo conmigo "hace unos días" - Dije sin más. Tengo que ver a Moore y esta estúpida me estorba. Diane, sin decir nada, me siguió hasta la puerta casi echándola de mi casa.

Cerré la puerta de un golpe, no quiero ver a ese ser espantoso nunca más en mi asquerosa vida. Alex se aparece de la nada con el rostro preocupado. ¿Y ahora qué?

-Scarlett, ¿Por qué has tratado así a tu madre?- apoyo su mano en la pared impidiéndome el paso.

- No es mi puta madre, Alex. Engaño a mi padre desde que yo tenia dos años de edad, luego de eso ellos estuvieron separados cuando yo recién tenia cuatro años. Ella puso la estúpida excusa de "Voy a comprar leche" o no se que, pero la leche se la trago toda de seguro. Luego de todo eso, se apareció como si nada hubiese pasado cuando cumplí los dieciséis con un tipo, que ya no recuerdo su nombre, mi padre nunca dijo nada pero luego caí de que ese mismo tipo era su novio. Ese mismo día, en mi puto cumpleaños, ella se quedo a dormir con este hijo de puta. Eran entre las tres y cuatro de la mañana cuando él puto cerdo entro a mi cuarto y me hizo cosas que no creí que iba a recordar. Mierda - Las lagrimas empezaron a caer como cascadas por si solas. Ignore los intentos de calmarme de Alex y salí a la parte trasera de mi casa. Debo estar seria para hablar con Moore. Prendí el ultimo cigarro que me quedaba de la caja. Carajo, debo controlarme. Eran veinte y hoy por la mañana los había comprado. El tema de el pasado con mi madre no es muy bueno de recordar. Fue una de las personas menos presentes en mi vida, mi padre estuvo mucho mas presente que ella a pesar del trabajo que le toco. Nana siempre estuvo ahí para protegerme cuando ninguno de los dos estaban. No era muy buena, no era la típica niña que jugaba con muñecas, era muy fan de quemar hormigas con un lupa y otras cosas, no es la culpa de mi padre, él hizo lo mejor que pudo. Hasta que me fui de casa a los dieciocho y no volvía hacia meses.

Bien creo que estoy lo bastante calmada para hablar con Moore. Suelto el ultimo humo de la ultima calada que le daba a mi cigarro y tiro la colilla sobre la fuente de agua que estaba en el medio del parque. Con un suspiro me levanto y me dirijo hacia el sótano. Enciendo la luz antes de bajar las escaleras, y voy bajándolas a paso ligero. Me acerco a Moore que seguía en la misma posición desde que salí de aquí. Rodee los ojos y de una vez por todas le quite la venda de los ojos dejándolo que me vea el rostro.

Cuando por fin puede abrir los ojos, su mirada va de mis pies a mi cabeza. Una vez que sus ojos chocan con los míos se forma una sonrisa en sus labios pero al segundo la cambia.

- Penny, ¿Estas bien? - Dice con aquella voz tan amable que casi suelto un par de lagrimas. ¿Tengo la cara roja?. Me quedo en silencio haciendo que vuelva a preguntar sin quitarme la mirada - ¿Penny? - ¿Como mierda me dijo? Otra vez ese puto apodo. El puto apodo que él mismo había elegido para mi. Desde que dijo que iba a pensar a llamarme así nunca más me llamo por mi nombre. Mi corazón empezó a latir de tal manera que me hace creer que voy a tener un paro cardíaco, pero no su voz retumba una y otra vez en mi cabeza y miles de recuerdos con aquel apodo empiezan a aparecer en mi cabeza haciendo que casi pierda el conocimiento. Me mantengo firme en mi lugar pero su voz no se iba de mi cabeza. Mierda Sonny.

- Hey, Scarlett. He estado pensado y creo que es hora de ponerte un apodo - Dice acostando su cabeza en mis piernas. El día estaba precioso y hacia que la mirada de Sonny brillase mucho más al igual que el negro de su cabellera.

Con una sonrisa en los labios y con el ceño fruncido acaricio su melena - Oh... ¿Ya sabes cual es? - rió con un poco de timidez. Este chico me tenia como una estúpida, hacia que cada día de mi vida sean puras carcajadas y mucho más que eso. No entiendo en que momento me enamore de él.

- Claro, es muy tierno y creo que queda perfecto con tu forma de ser y con lo tierna que eres... - Sonrió.

- Vamos Sonny, dime cual es - Dije ya casi impaciente. Odio cuando hace eso, solo por el simple hecho de que le gusta verme casi enojada.

- Penny..

Secuestrado [Skrillex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora