Capítulo 30.

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—Entonces, Andy es muy bipolar, pero Brooklyn... te juro que también es muy tierno y me cuida mucho. Yo se muy bien que el no es nada bueno para mi y, voy a sonar estúpida pero, aún así quiero estar con el. Quizás no está nada bien que me trate de esas maneras, no, más bien no está bien, sí lo sé, trato de alejarme y he reflexionado muchas veces en dejarlo pero la única reflexión a la que llego es a que no puedo estar sin el. Créeme yo estoy enamorada de él y pienso ayudarlo a superar sus problemas tanto como el me ayuda a mi.

—No te diré que esta bien, todo eso es una relación enfermiza... pero, si tu te sientes bien estando con Andrew, por mi bien.-Dijo dejando salir el humo del cigarro de su boca.

Sólo una cosa más.-Me dice—Quisiera conocer a ese tal Ashley Purdy, por lo que me cuentas suena a que es muy sexy y un dios sexual.

Solté una carcajada.

—Estas de suerte. El chico vive a unas cuadras de mi... bueno, de mi antigua casa.

—¿Vamos mañana?.-Me pregunta animado y sonriendo.

—Mmm... no se. Cuando Andy se fue hace unas horas... estaba enojado y bueno, cuando se pone así es muy difícil convencerlo o pedirle disculpas.-Baje la mirada. No me había acordado de ese pequeño arranque de Andy de esta tarde.

—Yo estaré allí para cuidarte _____. Yo te ayudaré a convencerlo.

—Gracias pero no gracias, lo haré yo sola.-Me recoste en la fría y muy cómoda arena.

Nos quedamos en silencio algunos minutos, no fue nada incómodo, de echo fue muy cómodo.

Narra Andy.

Estaba en la sala de la casa de Sandra, bebiendo unos cuantos tragos y brindando por los asesinatos con éxito que habíamos tenido desde hace 4 años.

—Sin duda se que siempre podré contar contigo, Biersack. Tienes toda mi confianza y eres mi mano derecha en esto. Realmente te lo agradezco.-Dice poniendo una mano sobre mi hombro.

—No hay de qué.-Sonreí orgulloso de mi mismo—Gracias a ti pude salir de mi depresión hace 4 años... gracias a ti y a este trabajo que me ayudó a vengarme de todos lo que me hicieron daño.

Sandra ríe y me abraza.

Narra _____.

Nos quedamos horas hablando, después decidimos ir por algunas cervezas y regresar a la playa. Estamos bebiendo y llegaron unos
chicos y se nos unieron para tomar con nosotros. Uno de ellos se llamaba Chris, otro Thomas y el último Jordan. Los chicos eran muy buena onda, aunque mayores de edad, pero no nos importó.

Nos mostraron que traían consigo cocaína, nos ofrecieron. Me negue rotundamente a probar pero al estar realmente borracha termine sediendo... entonces Brock y yo probamos un poco... bueno mucha. Nos estuvimos emborrachando y drogando toda la maldita tarde.

Estábamos riendo por un chiste que no recuerdo en específico quien contó, entonces felicidad fue interrumpida por el sonido de mi celular, alguien llamaba.

—Holaaa.-Dije riendo.

—______ ¡¿donde mierda estás?! ¡Son la 1:12 am y aún no estás en casa!-Me gritó Andy. Rayos ¿tan rápido?

—Ufff ¿en serio? Ni me di cuenta.-Solté una carcajada—Andy relajate y ve a manosear a tu amada Juliet. Esperaaaa, tú, te llamas como el conejo que yo tenía cuando cumplí 11, pero murió.-Empecé a llorar.

Corazón de hielo. (Andy Biersack) HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora