21. Amor sobre la nieve.

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Hola 7u7

Sólo quiero disculparme por la demora y desearles feliz lectura :3

Favor de tener una bonita noche <3

Mariely ñ.ñ

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A la mañana siguiente, el incidente todavía era narrado una y otra vez por José a cada huésped con el que se cruzaba. >>¡Algo increíble y mágico! ¡Este trabajo nunca había sido tan cool! ¡Debieron verlo! repetía cuando concluía la historia.

A los cinco chicos les parecía imprudente que él contara todo aquello, pese a esto era lógico que alguien ajeno a Depstor considerara lo ocurrido como algo increíble, pensó Ximena. Ni ella misma todavía podía creerlo; el hecho de que Cielo hubiera sobrevivido a una caída de tan magnitud ya era por si algo asombroso, sin embargo la manera en la que esto había ocurrido todavía le carecía de sentido.

No obstante, la rubia parecía radiante de felicidad y desprendía tal energía que Ximena se sentía agobiada.

Por lo mismo, mientras todos parloteaban sobre lo ocurrido, ella esperó sentada sobre las vías de tren a que el Chepe llegara a la estación.

Ni siquiera sabía porque aquello era tan increíble, ni porque Cielo había sido rescatada de aquella manera cuando a ninguno de los demás les había pasado algo como eso en las múltiples ocasiones en que sus vidas corrieron peligro. Todo eso, le incomodaba. No podía explicar la razón pero algo en todo aquello la incomodaba.

―Pero que entusiasta.

Ximena echó la cabeza a un lado y sonrió al ver a Hendrick por el rabillo del ojo.

―¿Quieres sentarte? ―le ofreció tocando con la mano derecha un espacio de la vía del tren a su lado.

―Claro, siempre quise sentarme en las vías minutos antes de que pasara el tren ―Esto pudo haber sido una broma, pero algo en su tono de voz delató que había cierto recelo e incluso melancolía detrás de su sarcasmo.

―¿Qué tienes Hendrick? ¿Preocupado por Cielo?

―Que va ―murmuró―, Cielo ya tiene un enorme pájaro que la proteja. Sé que está a salvo.

―¿Entonces qué te pasa? Hey, confía en mí, somos amigos ―señaló Ximena.

Su cabello se deslizó por su cara y lo retiró acomodándolo detrás de su oreja. Hendrick observó sus ojos marrones pero poco después desvió la vista.

―Exacto ―dijo tan bajo que Ximena estructuró un "¿Qué? " y él corrigió―, que trato. Trato de decirte pero... ―hizo una pausa y agudizó el oído―, pero ahí viene el tren y nos aplastará.

Ximena se puso de pie rápidamente y vio las luces del Chepe aproximarse con gran velocidad. Dio un brinco a un lado al mismo tiempo que Hendrick.

―Voy a avisarles a los demás ―dijo el pelirrojo a la par que entraba al hotel.

Ximena volvió a quedar sola.

Esa mañana el ambiente resentía la presencia del otoño pues la humedad era bastante palpable y el frescor ya necesitaba de un buen abrigo. Ximena hubiera preferido que dicho abrigo fuera un abrazo, pero en su defecto traía puesto una chaqueta azul obscuro.

―¡Xime! Te estaba buscando, traje tu maleta, vámonos ―dijo Cielo al cabo de unos minutos.

Junto a ella, se encontraban Hendrick e Irene abrazada de Damián.

Necesito irmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora