4. Reconquista

1.2K 77 20
                                    

CAPITULO IV. RECONQUISTA

Todos estaban realmente cansados, por lo que regresaron a la madriguera inmediatamente después que Hermione saliera de la habitación. Dumbledore regreso al colegio con Minerva y Lupin, para comenzar a planificar la reconstrucción del colegio. Solo tenían tres meses antes de comenzar el nuevo curso.

Al entrar en casa, Molly observo un bellísimo ramo de flores con globos y una gran tarjeta, colocado en medio de la sala.

- Pero que bello, para quien será

- Hermione es para ti mira –Ginny había corrido para leer la tarjeta

- Para mí, de quien

- Lee la tarjeta querida, es tan hermoso

"Quería Hermione, lamento mucho la forma tan estúpida en que me comporte contigo. Eres la mejor novia que un hombre pudiera tener; tan cariñosa, atenta, considerada, siempre preocupada por los demás, leal y noble. Para mí es un honor que me hayas aceptado. Espero sinceramente que puedas perdonarme y ver todo el amor que siento por ti. No volveré a menospreciarte y deseo continuar a tu lado. Siempre tuyo Ronald Weasley"

Una vez leída, la tarjeta arrojo confeti rosa brillante y unas pequeñas chispas rojas que se transformaron en pequeños corazones al descender, como fuegos artificiales.

- Que tierno mi niño, de verdad te quiere cielo. Se nota que está arrepentido

- Caramba que tal con él bebe, sí que se dedicó Herms, que suerte cuñadita

Hermione los miraba a todos un poco avergonzada por la demostración de afecto recibida; no se esperaba esto después de lo que le soltó en el hospital.

- Llegaron, como les fue, como sigue el profesor Snape. Hola cariño, te gustaron las flores.

- Si Ron gracias, es un detalle muy lindo, muy inesperado

- Si yo.... Realmente lamento lo que dije allá, tenías razón en todo. ¿Podrías perdonarme?

- Claro, disculpa tú que te gritara, fue toda la tensión acumulada

- No hay nada que perdonar amor, te quiero –se acercó a su chica dándole un beso y abrazándola.

Los gemelos comenzaron a silbar y aullar, mientras los demás reían.

- Basta chicos, hijo que bueno que te comportas como un caballero, así se debe a tratar a una dama

- Lo se papa, y díganme como está el profesor

- Mucho mejor, ya reacciono

- Que bien me alegro. Harry y tu como estas

- Bien Ron, creo que hoy por fin poder descansar

- Muchachos vayan todos a bañarse y cambiarse para la cena, en un momento tendré la comida lista

- Si mama

- Si señora Weasley

- Oye Herms podemos hablar un momento a solas, en mi cuarto

- Claro Ron vamos.

Al llegar a la habitación se sentaron uno frente a otro en las camas. El pelirrojo tenía un semblante muy dulce y le hablo a su novia con una voz tan suave y aterciopelada, que era para derretir a cualquier chica. Se humillo, suplico perdón, se insultó a si mismo con los peores calificativos, casi lloro y al final le entrego a Herms un estuche que contenía una linda pulsera de plata.

La hechicera estaba un poco desconcertada por el cambio de actitud tan radical en apenas horas, pero Ronald era así, torpe e insensato pero de buen corazón. Sin ningún tipo de suspicacia, le permitió que tomara su mano, para luego abrazarla y besarla, la escena se volvía cada vez más apasionada o por lo menos, por parte de uno de ellos. El pelirrojo trato de acostarla en su cama, pero ella lo freno en seco diciéndole que debían arreglarse para bajar y su madre no tardaría en llamarlos. Bastante fastidiado, pero sin demostrarlo, la soltó le dio un último beso y salió con ella de la habitación para dirigirse rápidamente al baño, tendría que bajar su calentura solo.

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora