7. Intimidad

1.4K 90 9
                                    

CAPITULO VII. INTIMIDAD

La siguiente semana fue movida pero muy incómoda para algunos habitantes de la Madriguera. Ron seguía molesto con Hermione, Harry y Ginny. Sus padres lo habían castigado por un mes sin poder salir de la casa y tenía que realizar diversas tareas para ayudar a su madre sin usar magia. Los dos primeros días se había negado a comer con los demás, pero al tercero su madre le dijo que tendría que comer con todos quisiera o no sin chistar, no seguirían aceptando sus malcriadeces, era hora de madurar, tenía que aceptar las consecuencias de sus actos y punto. Por ello lo veían en las comidas y cuando llegaban a la casa en la noche, sin embargo en ningún momento accedió a conversar con el trio, y ellos después de varios intentos se cansaron y lo dejaron en paz. Ron los veía felices y cada día acumulaba más resentimiento e imaginaba más planes para vengarse de cada uno.

No ayudaba mucho las continuas bromas de sus hermanos gemelos; las conversaciones que tuvo que soportar con cada uno de sus hermanos mayores reprochándole sus acciones y dándole consejos de cómo actuar con una mujer y como controlar sus impulsos hormonales, que seguro pronto pasarían y le dejarían pensar con claridad. Debía ser un caballero siempre, le habían dicho todos, y al menos pensaba no había sido tan humillante hablar con ellos que con su padre. Sus hermanos entendieron su molestia y le dijeron que la actitud de Hermione no fue la más acertada, pero eso era muy normal y comprensible, siendo ella tan inocente e inexperta, se metió en algo que no entendía y no supo cómo reaccionar; él tenía más experiencia y debió ser más inteligente y no dejarse llevar por sus impulsos. Sí ellos entendían, pero se pusieron de parte de ella también.

Y lo peor fue enterarse que su ex se pasaba casi todos los días en el cuartel de la orden atendiendo a Snape, como si fuera su enfermera particular; recordaba sus reacciones en el hospital y como lo defendió con vehemencia, y pensaba que quizás a la chica le gustaba el murciélago grasiento; esa idea no lo hizo muy feliz, que ella lo dejara quizás pensando en otro hombre era peor que creer que simplemente la había asustado o que lo hacía tratando de seguir aparentando que era una niña buena. Niña buena como no, era una zorra disfrazada y la descubriría delante de todos.

Era cierto que Hermione pasaba mucho tiempo en Grimmauld Place y era evidente para todos. Pocas veces iba sola, todos querían visitar al profesor y por eso a nadie le extrañaba las continuas idas al lugar. Siempre regresaba de noche y a veces se notaba un poco incomoda con la situación con su ex. La tensión entre ambas era palpable y todos pensaban que eso impulsaba a la joven a querer pasar más tiempo fuera, antes que tener que soportar la irritabilidad de Ron.

Fueron pocas las conversaciones a solas que pudieron tener Severus y Hermione, pero ella siempre encontraba una forma para hacerlo aunque solo fueran cinco minutos y siempre se despedía de el con un beso en la mejilla. Querían más intimidad y estaban locos por conseguirla, lo que parecía imposible en esos momentos, pero afortunadamente, todos los que un principio iban constantemente, pronto tuvieron que retornar a sus labores, y ellos ahora podían disfrutar a solas. Eso sucedió a la tercera semana.

Una tarde antes de ir, los Sres. Weasley le informaron a Hermione que no podían seguir acompañándola. Arthur se reincorporaba al trabajo, Molly debía atender la casa y visitar más seguido a su nuera que estaba embarazada, Bill y Charlie también debían volver a sus rutinas y Remus que era un escolta casi permanente, estaba muy ocupado ayudando a Dumbledore en el castillo. Tendrían que ir el trio solos, pero les preocupaba que cuando Harry y Ginny no quisieran, lo hiciera ella sola, no por nada malo, sino por el peligro que había con los mortifagos que seguían sueltos. Ella entendió su preocupación pero les dijo que los días que no estuviera con sus amigos y decidiera ir allá, se aparecería en el cuartel sin hacer ninguna parada, y que además era eso o irse definitivamente a su casa, porque no estaba dispuesta a soportar la ira de Ron en su contra.

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora