50. Rompeme

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L. ROMPEME

- Adelante Lucios... comminuet eam(1)... rumpentibus (2)

Rompeme, una simple frase con significado por definición inherente. Proveniente del verbo romper: Separar(se), deshacer(se), descomponer(se) una unidad o las partes de un todo. ; Quebrar(se), fracturar(se), fragmentar(se) o hacer(se) pedazos algo. ; Dividir o separar algo al atravesarlo por un instante.

Eso buscaba Hermione, no que rompiera sus huesos, no su alma y corazón, no, era más y muy profundo. Separarse de lo que se aferraba a sus entrañas, deshacerse de la carga de su alma, descomponer el todo para que dejara de ser poderoso, quebrar la voluntad oscura que la habitaba, fracturar la entidad invasiva, fragmentar las partículas que la corrompían, hacer pedazos lo indeseado, dividir con luz la maldición para separarla de todo su ser. Estaba agotada de cargar con ella, y solo pedía que el parasito fuera expulsado de forma terminante y permanente.

Esa voluntad adquirida con cada caída, con cada decisión mal tomada, la mantuvo en pie durante las dos horas que duró el inicio del fin. Su determinación y la de los ejecutantes eran colosales, imposibles de romper o deshacer. La rompían a ella, pero ellos no sufrían mella. Se notaba en sus semblantes concentrados llenos de osadía. Al final de la semana se daría su nuevo comienzo porque la consigna era rendirse nunca, abandonar jamás; y pusieron tiempo límite a sus propósitos.

Una manera que encontró en sus experiencias pasadas para resistir los embates de conjuro tras conjuro en su cuerpo, fue dar la vista atrás y reevaluar su corta existencia. Cavilaba, analizaba, proyectaba diferentes escenarios, tomaba diferentes decisiones y media las consecuencias.

Lo primero era imaginar una vida sin Severus, sin su amor y compresión, sin la fuerza que la impulsaba, sin el consuelo que la levantaba, sin el coraje que la hacía mejor segundo a segundo. Encontrase con el como hombre fue abrir los ojos a la vida verdadera, a la adultez, al significado puro y duro de compromiso y amor incondicional. Entendió que antes fue ciega, tonta e inmadura. Ella niña que tenía que madurar de prisa, se deslumbro por el amor infantil idealizado que nunca en realidad le fue correspondido, pero que ella por pura obstinación se empeñó en tener.

Ronald significo su entrada completa en el mundo mágico, más allá de ella como bruja y nerd repleta de conocimientos. Si, ahora lo sabía, buscaba un pegamento que la atara porque en el fondo siempre sintió miedo de ser rechazada y expulsada por su origen. Quien fuera uno de sus mejores amigos, cuando aún era un dulce niño tonto e inocente le dio esa seguridad de permanencia y aceptación. Antes que el cambiara, sus detalles pequeños compensaban su falta de sensibilidad y la llevaron a quererlo como algo más aceptando sus fallos sin analizarlos.

En el momento que todos entraron en una semi adultez, ya estaba tan irremediablemente deslumbrada por su fantasía y la imagen de cartón creada, que no quiso ver las señales de alerta de que no solo él no era el mismo, sino que ya no era lo que anhelaba y quería para su vida. Pero se aferraba y no soltaba lo que a su entender era la recompensa a la tenacidad de años. Tan tonta y estúpida, ella sola con eso se tendió el lecho en que antes yacio.

Y entonces llego Severus y el descubrimiento de sus sentimientos, de los de él, de lo que en realidad importaba, de lo que era amor verdadero. Ese que es imperfecto, que llega a ser cruel en ocasiones, que te da lagrimas pero son compensadas por las alegrías, que es un crecer constante, donde nada es permanente excepto los sentimientos de compromiso y aceptación. Ese que te da la libertad de permanecer o irte, que no espera nada para entregarlo todo, que perdona, que alimenta tu alma, que es visceral y mental a la misma vez, el que nadie entiende y pocos tienen la dicha de llegar a sentir y vivir con un final feliz.

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora