44. Mas alla del tormento

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XLIV. MÁS ALLÁ DEL TORMENTO

Oía voces a lo lejos como ecos en su mente, no las comprendía del todo, el significado de las palabras se perdía. Poco a poco el cerebro se le despejaba y la oscuridad que mantenía a raya la conciencia iba cediendo. Le dolía el cuerpo, la cabeza, aun con los ojos cerrados se sentía mareada. La comprensión le llegada en pequeñas dosis. Algo había pasado, algo malo para que se encontrara en ese estado, acostada en una cama, ida y flotando, seguro por el efecto de alguna poción. Su audición se agudizaba y ahora las frases sueltas e inconexas eran comprendidas. Eran voces de hombres que discutían, al menos uno, porque el otro respondía sin ánimo, sin fuerza, como si un peso lo aplastara, con el ánimo aplanado y las emociones destrozadas. Sin abrir los ojos presto atención al casi monologo que ocurría muy cerca de su posición.

- ¡No me digas que pare Severus! ¡Ella pudo morir, te lo advertí! ¡Fui muy claro de que tenías que tener una precaución extrema si tenían relaciones! ¡Y si crees que yo estoy siendo duro, espera a que Narcisa te vea, quiere literalmente arrancarte las bolas y dárselas de comer a una de las mascotas de Hagrid!

- ¡Maldita sea Lucios ya lo sé, y no entiendo como paso esto! ¡Le he suministrado las pociones anticonceptivas más fuertes que podía! ¡He controlado todo!

- ¡Entonces explicame como coño no te diste cuenta que tenía un retraso! ¡Cómo no se te prendió una alarma!

- Ella ha estado irregular desde el ataque lo sabes, su periodo es un descontrol por la maldición y por lo que hacemos para eliminarla, y el estrés del colegio y la boda no ayuda. La única opción es que ella no haya tomado la poción y no entiendo porque no lo haría. Es imposible que haya fallado si la ingirió

- ¿No supervisabas que la tomara?

- A veces lo hacia delante de mí, otras yo se la daba y ella la tomaba después

- Esto ha sido una gran irresponsabilidad por parte de los dos. El riesgo de que esto ocurriera aun estando tan cerca de romper la maldición era certero. En vez de darles carta blanca para que se acostaran debí exigirles que no lo hicieran. Poner un hechizo en ella que lo evitara para mayor seguridad. Tienes idea pedazo de idiota de lo mal que me siento de que esa mujer que he llegado a respetar y hasta apreciar... a querer, a la que mi esposa adora como la hija que no tuvimos y que Draco quiere no solo como amiga sino como familia; este ahora en esa cama, tirada pálida y débil porque no he podido romper con lo que el mal nacido de Weasley le hizo. ¿Entiendes la responsabilidad que siento sobre lo ocurrido?. ¿No recuerdas que hasta mi Draco hizo un hechizo para ayudarla que le pudo salir caro?... óyeme bien Severus Snape –Lucios lo tomo del cuello de su infaltable levita que ahora tenía abierta- Hermione Granger es de mi familia –a cada palabra lo zarandeaba- y te exijo que no se te ocurra volver a tocarla sexualmente hasta que toda la pesadilla de la puta maldición se acabe, si me entero que lo hiciste, y lo voy a saber, voy a patear tu trasero de murciélago y no te dejo acercarte a ella sin chaperona hasta el día de la boda, ¿he sido claro?

- Cristalino Lucios y las amenazas no hacen falta, no tengo intenciones de volver a hacerlo hasta que ella este curada del todo, eso claro si es que ella me perdona por esto y al final aun quiere que nos casemos –Lucios lo miro serio y lo soltó con una mirada interrogante por sus palabras-

- ¿Te perdona?

- Se supone que debo cuidarla y maldita sea no he podido hacerlo, he fallado en todo. No pude evitar que la atacaran, no encontré a sus padres a tiempo, casi se mata ella misma en mis narices, la contra maldición no ha resultado y para colmo la embarazo sabiendo que sufriría un aborto, que nuestro hijo tenía cero posibilidades de existir... de vivir. ¿Te parecen pocas razones para que me mande a la mierda?

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora